Análisis
Maltrato y
olvido administrativo en los centros de menores
Gobierno y
comunidades se desentienden de unas casas que ceden a fundaciones privadas en régimen
de concesión
-
Fuente: Diario lavozdegalicia.es
Autor:
Ivannia Salazar
-
Fecha de publicación:
-
Un informe del Defensor del Pueblo que
denuncia malos tratos a menores en algunos centros de atención a
adolescentes ha despertado, además de polémica entre los defensores y los
detractores de estas casas, dudas con respecto a la gestión de las mismas.
El informe hace referencia a los centros de internamiento para menores con
problemas psíquicos o de conducta (terapéuticos), pero existen dos tipos más:
los de reforma y los de protección.
José Luis Calvo, de la Asociación Pro
Derechos del Niño y de la Niña, explica que los centros de reforma son «para
menores que han cometido algún delito, pero que no van a una cárcel para
adultos por no ser mayores de edad»; mientras que a los de protección «asisten
menores protegidos por la Administración, que asume su tutela, cuando son, por
ejemplo, víctimas de malos tratos en sus familias». En los terapéuticos
ingresan «menores en situación de inadaptación asociada a trastornos de
conducta», según se dice en el informe del Defensor del Pueblo.
M.?C.?V, ex educador de uno de estos
centros, considera, en declaraciones a La Voz, que «el problema es que como los
menores de 14 años que cometen delitos no van al reformatorio, entonces los
meten en los terapéuticos». Calvo añade otro inconveniente: «Los internos de
centros de reforma tienen acceso a la justicia, pero los de los terapéuticos
están en una especie de limbo judicial».
«No estamos muy enterados»
Estos centros, según fuentes del
Ministerio de Justicia, tienen diferentes regímenes: cerrado, cuando los
internos no salen nunca del centro; semiabierto, cuando algunas actividades
educativas o lúdicas se realizan fuera; y abiertos, cuando todo lo realizan
fuera pero duermen en el sitio. Además de este tipo de centros, los juzgados o
la Administración pueden enviar a los menores a pisos de acogida, u obligarlos
a recibir tratamiento terapéutico en centros de día.
La Voz ha podido comprobar como más allá
de esta estructura, el control de los centros es un completo caos por parte de
la Administración. En dos días de llamadas, ni los ministerios de Justicia,
Educación e Interior, ni Instituciones Penitenciarias, ni el Defensor del
Pueblo, ni los Gobiernos de cuatro comunidades autónomas (Galicia, Madrid,
Andalucía y Canarias) fueron capaces de determinar el número de centros de
menores (de los tres tipos) existentes, ni la cantidad de internos y plazas
disponibles. Una funcionaria de Educación se justificó lo mejor que pudo: «Como
eso lo gestionan fundaciones privadas, no estamos muy enterados». Y no mintió:
tampoco ninguna fuente oficial supo, o quiso, explicar cómo se adjudica la
gestión de estos centros, ni cómo se supervisan, a pesar de que más del 70%
de ellos están en manos privadas.
|