CARTA
AL DEFENSOR DEL PUEBLO
CASO:
NIÑAS FUGADAS DEL CENTRO DE MENORES DE HORNACHUELOS (CÓRDOBA)
DEFENSOR DEL PUEBLO
MADRID
Málaga, 3 de Julio
2008.
Ilmo. Sr.:
Por la prensa local y
nacional se tiene conocimiento de que de un centro de menores que gestiona la
Fundación Arcos Iris en Hornachuelos (Córdoba) se fugaron cinco chicas de
entre 14 y 15 años, quienes posteriormente denunciaron ante la Guardia Civil
haber sido víctimas de malos tratos con lesiones por personal educador del
centro, portando, al parecer, partes médicos (se adjunta noticia de hoy en El
País) Interpuesta la denuncia, las menores se marcharon, no quedando explicado
por qué la Guardia Civil las dejó ir si el día anterior el director del
centro había denunciado su fuga.
Al margen de la propia
cuestión de los supuestos malos tratos que denuncian las menores y por lo que
desde esta asociación le pedimos su intervención, está la circunstancia de
que estas chicas hayan tenido, con toda probabilidad, como única vía de escape
para denunciar lo que estaban sufriendo, la de escaparse y acudir a la Guardia
Civil, pues de haber seguido en el centro, ningún responsable institucional
hubiese tenido constancia de lo que estaba pasando, puesto que, como venimos
comprobando en esta asociación, los menores tutelados por la Administración de
la Junta de Andalucía no reciben información sobre sus derechos, en
particular, el de poder trasladar quejas y denuncias, fuera de las dependencias
del centro, ni sobre la manera de hacerlo.
Desde hace años, hemos
venido reiterando a la Administración andaluza nuestra queja en cuanto a la
carencia de voluntad institucional para que lo dispuesto en la normativa de la
propia Junta, tenga completa aplicación en la realidad.
Así, según reza el
art. 17. 4 del Decreto 42/2002 de 12 de Febrero de la Junta de Andalucía:
“La Administración de la Junta de Andalucía en
colaboración con la Fiscalía y el Defensor del Menor de Andalucía pondrá a
disposición de los menores sujetos a medidas de protección, los medios
adecuados para presentar, en su caso, las quejas y reclamaciones que consideren
convenientes para la defensa de sus derechos”.
Desde nuestra
experiencia le podemos asegurar que en todas y cada una de las oportunidades que
tenemos de preguntar a menores que hayan estado bajo la tutela de la
Administración andaluza, o que todavía lo estén, ni uno sólo de los
consultados o consultadas recuerda haber recibido información sobre sus
derechos, ni haber tenido a su disposición información verbal, escrita o
audiovisual, sobre poder emitir quejas, reclamaciones y denuncias, ni los medios
para llevarlo a efecto, en contradicción con lo dispuesto en el artículo 17.4
antes mencionado.
¿Por qué, si el artículo
del decreto apuntado es tan explícito, no pone la Junta de Andalucía a
disposición de los menores tutelados la información consiguiente por medio de
cartelería en los centros, folletos, y otros, facilitando los medios para que
puedan ejercer su derecho a la queja o a la denuncia? ¿Por qué brilla por su
ausencia cualquier referencia en los centros a teléfonos de ayuda al menor,
incluso los institucionales?
Por otra parte, el poder
de control sobre los menores en instituciones públicas dependientes del sistema
de protección, está prácticamente en manos de entidades privadas
(fundaciones, asociaciones, empresas…) bajo convenio de colaboración con la
Entidad Pública, lo que dificulta aún más el problema cuando la Administración
no tiene interés alguno en que sus tutelados conozcan y ejerzan sus derechos.
Es más, suele ser moneda bastante común, el hecho de que si llega noticia por
vía familiar u otra a la Administración sobre los supuestos malos tratos que
un menor tutelado pueda estar sufriendo, se desestime sin más, sin escuchar al
propio menor afectado, por el simple hecho de que desde el centro se desmienta.
Y, a veces, cuesta Dios y ayuda conseguir que se adopten medidas o un centro se
llegue a cerrar, a no ser que salte la noticia a los medios de comunicación y
se produzca el lógico escándalo y alarma social.
Lo sucedido en el centro
de acogida de Hornachuelos, puede ser un reflejo fiel de lo que venimos
diciendo, incluso lo del ingrediente de no hacer ningún caso de la queja de un
familiar, pues según se apunta en la noticia, la madre de una de las chicas había
advertido con anterioridad a la Administración sobre los malos tratos que su
hija estaba sufriendo, pero, claro, como viene siendo habitual, ahora la Junta
toma nota, pero después de que haya saltado a los medios la fuga de las cinco
niñas y su denuncia ante la Guardia Civil.
Creemos que el abandono
institucional que sufren los menores tutelados por la Junta de Andalucía en
cuanto a lo que venimos explicando, es de libro, y por lo tanto, le ruego, tome
partida en este asunto en la defensa de los derechos de los niños y niñas
tutelados andaluces acerca de qué tipo de conocimiento poseen sobre sus
derechos, qué tipo de cartelería, folletos, medio audiovisual u otros se
emplean para su difusión en los propios centros, y que medios o mecanismos se
ponen a su disposición para facilitar la comunicación directa de los menores
tutelados con instituciones externas, como Fiscalía, Defensor del Menor de
Andalucía y ¿Por qué no? Defensor del Pueblo, pues nos llama la atención,
que una institución preclara, emblemática y constitucional, donde las haya,
como es esta que usted dignamente representa, haya sido omitida en el decreto
42/2002 antes mencionado, entre las dispuestas para que los menores tutelados
puedan emitir su queja.
Por supuesto, además,
como arriba se indica, le ruego lleve a cabo las iniciativas oportunas ante la
Administración de la Junta de Andalucía, para el esclarecimiento de lo
sucedido en el centro de menores de la Fundación Arco Iris de Hornachuelos, y
la adopción de las medidas que a su consideración estime emitir.
Atte.
José Luís Calvo Casal
Portavoz de PRODENI
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