Con motivo de la
celebración del 63 Congreso de la Asociación Española y de la Reunión
de la Sociedad Española de Pediatría Hospitalaria (SEPHO), los
pediatras reivindican que se respete al máximo en los centros
sanitarios lo recogido en La Carta Europea de los Derechos de los
Niños y Niñas hospitalizados (1986) y la Convención de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Niños y Niñas (1989).
Según explica Juan
José García, secretario de la SEPHO, el entorno también influye en la
recuperación del paciente, “si el pequeño se encuentra en un ambiente
agradable y enfocado a sus necesidades, este padecerá menos ansiedad y
probablemente se le podrá dar el alta antes”. En este sentido añade
que adaptar la asistencia infantil a las necesidades del menor es
importante porque “cuando este es hospitalizado, además de sentirse
desubicado, en ocasiones se le realizan pruebas que pueden ser
dolorosas”. Por eso, García recomienda explicarles el motivo por el
que ha sido ingresado, “ya que de no hacerlo se corre el riesgo de que
el menor sienta que se le está haciendo daño y la experiencia le
resulte peor”.
Además, el
facultativo insta a tomar conciencia de que “el niño, por ser niño
tiene derecho porque es persona” y reclama la “humanización del
hospitales para niños”, en línea con la mesa redonda que ha moderado
hoy para tratar estos temas. Actualmente en España no hay estudios que
describan la situación de los hospitales en España a este respecto, si
bien el García la describe “como aceptable en comparación con los años
70 y 80, cuando estaba completamente deshumanizada”.
Por otro lado,
recuerda que lo recomendable es evitar, en la medida de lo posible, la
hospitalización del menor, sobre todo si se trata de casos crónicos en
los que pueda ser tratado en casa. En su opinión, “todavía podemos
hacer más, ofrecer alternativas como la asistencia a domicilio. Se
hospitaliza demasiado a los niños”.
Seguridad
en el entorno sanitario
Por su parte, la
Asociación Española de Pediatría dispone de un decálogo de seguridad
del niño en el entorno sanitario, en el que invita a las familias a
participar activamente en la seguridad de sus hijos en todas las fases
de la atención sanitaria, asumiendo su parte de responsabilidad en
dichos procesos.
Concretamente
recoge diez recomendaciones como que el niño lleve siempre puesta la
pulsera de identificación; que esté siempre que sea posible acompañado
por un familiar o cuidador, tanto en la habitación como en otras áreas
de diagnóstico o tratamiento; asegurarse de que la información
relevante del niño figura en su historia clínica y de que las alertas,
especialmente alergias a medicamentos, alimentos, látex, etc. están
convenientemente indicadas en carteles visibles en la cabecera de la
cama y en la historia clínica; o pedir información detallada sobre la
medicación que le han prescrito a su hijo ( nombre, dosis, frecuencia
y vía), entre otras.