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https://www.publico.es/ciencias/gilles-boeuf-consejero-agencia-francesa-biodiversidad-movimiento-jovenes-clima-consiguiendo-no-he-logrado-quince-anos.html
Gilles Boeuf, consejero de la Agencia Francesa para
la Biodiversidad
"El movimiento de jóvenes por el clima está
consiguiendo lo que yo no he logrado en quince años"
No quiere ser considerado activista, sino científico.
Así se define el oceanógrafo Gilles Boeuf, quien no concibe ecologismo sin
feminismo y piensa que las nuevas generaciones desean vivir con mesura.
Aprovechamos su paso por Madrid para hablar sobre los grandes retos a los
que se enfrenta la pérdida de biodiversidad actual.
Gilles Boeuf posa en el patio interior del Instituto Francés de Madrid
minutos antes de su entrevista con SINC. / Álvaro Muñoz Guzmán
29/04/2019
LUCÍA TORRES (SINC)
La comunidad científica
lleva años debatiendo sobre si nos hemos adentrado en una nueva era: el
Antropoceno. Son tales los cambios producidos por el ser humano que algunos
hablan de una nueva etapa en la historia de la Tierra. Vivimos en
ciudades, ajenos a cómo están afectando nuestras decisiones al
medioambiente. ¿Cómo armonizar nuestra vida con la naturaleza?
Esta es una pregunta que
el ecólogo Gilles Boeuf (Saint-Nazaire, 1950) plantea en sus charlas por
todo el mundo. Oceanógrafo, profesor en la Universidad de la Sorbona
(París), antiguo presidente del Museo de Historia Natural y actual
presidente del Consejo Científico de la Agencia Francesa para la
Biodiversidad, este hombre es sin duda un experto en lo vivo.
La semana pasada Boeuf
visitó España para impartir varias conferencias en Madrid y Valencia. En su
paso por la capital charlamos con él en el Instituto Francés de Madrid,
antes de una de sus intervenciones, para conocer su opinión sobre la
actual pérdida de espacios y especies que se está sufriendo alrededor
del mundo.
No cree que, según
la teoría de la evolución, es natural que ciertas especies sobrevivan
mientras otras desaparecen?
Claro, pero no a esta
velocidad. En menos de cuarenta años hemos matado a la mitad de los
elefantes. Es un proceso natural, pero no cuando el ser humano es
culpable del declive y de la aparición de seres vivos. Por nuestros cambios,
conozco especies que se encuentran en un estado de vulnerabilidad, pero no
conozco especies extintas. Solo sé de una especie que ha desaparecido en los
últimos cincuenta años.
¿Podría decirnos de
que especie se trata?
Era un pequeño molusco
que vivía en las orillas del mar de Holanda. Estos ecosistemas fueron
transformados radicalmente y, donde en su día hubo marismas, ahora hay
campos de pasto para vacas. En este caso era inevitable. Al destruir y
reemplazar totalmente su hábitat, la especie desapareció por completo.
Crédito: Álvaro
Muñoz / SINC
La primatóloga Jane
Goodall declaró hace unos meses en Barcelona que estamos viviendo la sexta
extinción masiva de especies. ¿No está de acuerdo con ella?
No exactamente. Eso son
palabras de una activista ecologista, no de un científico. Cuando yo hablo
de pérdida de biodiversidad me refiero a un colapso del número de individuos
por población. Lo que estamos viviendo es una pérdida de densidad, no una
extinción masiva. Encontramos dos veces menos de elefantes, de tigres,
etc.
Entonces, ¿no
debemos proteger a las especies que se encuentran en peligro de extinción?
Es imposible favorecer
a unas especies frente a otras. No somos capaces de hacer eso. Eso son
campañas de ONG medioambientales. "Vamos a salvar el tigre, pero el sapo de
Costa Rica me da igual". No tiene ningún sentido. Una especie no sobrevive
aislada del resto. Debemos esforzarnos en proteger los espacios y no a
las especies. Por eso confío en las organizaciones que tratan de
conservar una especie cuidando su hábitat.
No tenemos en
cuenta especies tan comunes como leones, jirafas y elefantes, que también se
encuentran en peligro. La fama de los animales más mediáticos también puede
llevarlos a la ruina. ¿Hasta que punto somos conscientes del daño que
estamos causando?
"Cada día llegan a
África barcos repletos con armas a cambio de materias de especies en
peligro, como marfil o maderas"
No tenemos ni idea
porque mucho sucede en el mercado negro. El presidente de Zambia me dijo una
vez: "Gilles, hace veinte años teníamos 2.000 rinocerontes en Zambia. Hoy en
día tenemos cero por la caza furtiva". Cada día llegan barcos repletos con
armas a África que son intercambiadas por materias de especies en peligro
reenviadas a China como el marfil o algunas maderas que son escasas.
El negocio de los
animales es horrible. La multa por matar a un rinoceronte es menor que el
precio que se paga por su cuerno. Es la materia prima más cara del
mundo. Más que el oro, más que la plata, incluso más que la cocaína. ¿Cómo
vamos a ser capaces de proteger a los animales que más amamos si no somos
capaces de proteger a las reservas de los furtivos?
¿Y qué propone para
acabar con este tráfico ilegal?
Educar a las niñas. Esa
es la clave para mí en África. El sistema no funciona porque solo uno de
cada seis empleados es mujer. No puedes buscar respuestas sin contar con
la mitad de la población. Tenemos que devolver a la mujer su lugar en la
sociedad. Creo que ecologismo y feminismo son dos movimientos que van muy
ligados.
"Durante la Cumbre del
Clima en París, las mujeres africanas proponían soluciones que a los hombres
no se les ocurrían"
Recuerdo durante la
COP21 en 2015, cómo las mujeres africanas proponían soluciones que a los
hombres no se les ocurrían. Hoy, veo la misma motivación en los Fridays For
Future, donde se puede ver una presencia femenina mayoritaria entre los
jóvenes que luchan por el Acuerdo de París.
¿Qué le parece este
movimiento? ¿Vuelca su esperanza en los jóvenes?
Ojalá estas
reivindicaciones den su fruto. Estas manifestaciones están consiguiendo
algo que yo no he logrado en quince años. Considero que no he tenido
éxito con la gente que nunca va a escuchar conferencias, que nunca abre las
páginas de un diario importante o que nunca va a ver una exposición en un
museo. Sin embargo, creo que estos manifestantes están llegando a un público
mucho más amplio.
Hay tres aspectos de la
naturaleza humana que nos han traído hasta aquí: arrogancia, avaricia e
imprudencia. Las nuevas generaciones están rectificando. Se suele pensar que
son más egocéntricos y caprichosos, pero yo creo que los jóvenes quieren
vivir con más sobriedad y no consumir tanto.
Crédito: Álvaro
Muñoz / SINC
Pero, si no
consumimos, ¿podemos seguir desarrollándonos como especie?
Lo que no podemos es continuar teniendo una economía
suicidaria y estúpida que consiste en ganar más y más dinero sobreexplotando
la naturaleza. ¿Cómo desarrollar esta vida en el panorama general de colapso
de los recursos y de aumento de la población? ¿Cuál es el precio que
estamos pagando por desarrollarnos?
Rechazo el modelo
actual. Las personas que creen que siempre podemos inventar un desarrollo
que aumente infinitamente son locas. Debemos construir una economía nueva
basada en el respecto a la naturaleza
¿El egoísmo nos
ciega?
El problema es que nos
resulta difícil aceptar que formamos parte de la naturaleza. Tenemos el
mismo número de bacterias que de células. El microbioma es una parte
fundamental de nuestro cuerpo. ¿Qué comes? Biodiversidad. ¿De qué te rodeas?
Biodiversidad. Dependemos de ella.
Ignoramos todo esto.
Para una especie que se hace llamar Homo sapiens (ser humano que piensa) es
un tanto irónico. Este ha sido un fracaso de la educación. Lo que hay que
explicar a la gente es que cada vez que dañamos la biodiversidad nos estamos
dañando a nosotros mismos.
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