El País
El mundo que vaticinaba Greta Thunberg era cierto
Ningún país garantiza la
salud y el futuro de la infancia, según un informe de la OMS, Unicef y 'The
Lancet', que incluye en un estudio por primera vez el cambio climático como
principal causa de amenaza
Belén Hernández
19 de febrero 2020
Un grupo de niños juega con una
botella de plástico en una playa de Costa de Marfil. Dejongh UNICEF/
“Quiero que actúes como si nuestra casa estuviera en llamas.
Porque lo está”. Así de duro fue el
discurso de Greta Thunberg en el foro económico de Davos en enero de 2019,
pero también es la representación más certera del momento que el mundo
atraviesa. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el informe ¿Qué
futuro les espera a los niños del mundo?, presentado este miércoles
por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y The Lancet.
El estudio revela que la salud y el futuro de todos los niños y los
adolescentes del mundo se encuentran en peligro inmediato a causa de la
degradación ecológica y el cambio climático, por lo que ningún país les
garantiza un desarrollo adecuado.
El informe calcula que alrededor de 250 millones de
menores de cinco años de países de ingresos bajos y medios corren el riesgo
de no alcanzar un desarrollo adecuado. "Lo más preocupante es que todos los
del mundo se enfrentan ahora a las amenazas del cambio climático", asegura
Helen Clark, primera ministra de Nueva Zelanda y copresidenta de la comisión
que ha llevado a cabo el estudio. “Más de 2.000 millones de personas viven
en países donde el progreso se ve obstaculizado por las crisis humanitarias,
los conflictos y los desastres naturales, que se relacionan cada vez más con
el cambio climático”, ha dicho Awa Coll-Seck, ministra de Senegal y
copresidenta de la comisión.
Los
diez países con mejor y peor resultado en el nuevo índice mundial. The
Lancet
El estudio es el resultado de dos años de investigación,
financiada por la Fundación
Bill y Melinda Gates, compuesta por más de 40 expertos internacionales.
"Los niños y adolescentes deben estar en el centro del debate de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) y uno de los principales es parar las
emisiones de carbono. Los países más pobres tienen un camino más largo para
conseguir un periodo de infancia saludable, pero los países ricos ya están
amenazando su futuro. Estamos de acuerdo con Greta Thunberg cuando dice que
nuestro mundo está en llamas", asegura Anthony Costello, catedrático de
Salud Global y Sostenibilidad y uno de los autores principales.
La otra novedad
que presenta este informe es un nuevo índice mundial de 180 países
en el que se comparan bienestar infantil, un indicador para las
emisiones de gases y desigualdad
El estudio asegura que aunque los países más pobres deben
redoblar los esfuerzos para que sus niños tengan vidas saludables, las
excesivas emisiones de carbono, “desproporcionadas en el caso de los países
más ricos”, ponen en peligro el futuro común. Si se cumplen las proyecciones
actuales y el calentamiento global supera los cuatro grados centígrados en
el año 2100, las consecuencias para la salud infantil serán devastadoras
debido al aumento del nivel de los océanos, las olas de calor, la
proliferación de enfermedades como el paludismo y el dengue, y la
malnutrición.
La otra novedad que presenta este informe es un nuevo
índice mundial de 180 países en el que se comparan tres aspectos:
supervivencia y bienestar infantil (que incluyen la salud, la educación y la
nutrición), sostenibilidad (con un indicador para las emisiones de gases de
efecto invernadero) y equidad o desigualdad de ingresos. Esto implica
cambios en la situación de países desarrollados que hasta ahora mostraban
buenos resultados: Noruega, Corea del Sur y los Países Bajos
tradicionalmente han tenido las mejores posibilidades de supervivencia y
bienestar infantil, mientras que los pequeños de la República
Centroafricana, el Chad, Somalia, el Níger y Malí tenían las peores
perspectivas. Sin embargo, al tomar en consideración las emisiones de CO2 por
habitante, los autores del estudio encontraron que los países con las
mejores posibilidades van rezagados: Noruega se clasificó en el puesto 156;
Corea del Sur, en el 166; y los Países Bajos, en el 160. Cada uno de ellos
emite 210% más CO2 por habitante de lo marcado como objetivo para
2030.
Un
grupo de jóvenes activistas contra el cambio climático. OMS
Estados Unidos, Australia y Arabia Saudí figuran entre los
10 países que más emisiones generan. Los únicos países en camino de superar
los objetivos sobre emisiones de CO2 per cápita para 2030 y, al
mismo tiempo, obtener buenos resultados dentro de los primeros 70 puestos en
los indicadores de desarrollo y bienestar infantil son Albania, Armenia,
Granada, Jordania, Moldova, Sri Lanka, Túnez, Uruguay y Vietnam.
Albania,
Armenia, Granada, Jordania, Moldova, Sri Lanka, Túnez, Uruguay y
Vietnam son los únicos países que superarán el objetivo sobre
emisiones de CO2 para 2030 junto a la mejora
de desarrollo infantil
Otros gigantes como India suspenden esta asignatura. "La
falta de agua y la polución en India tiene una gran repercusión en la
mortalidad infantil. También es un problema la calidad del aire. Los niños
sufren las emisiones, a pesar de no ser los causantes aún de ellas, pero son
víctimas del cambio climático", explica Sunita Narain, directora general en
el centro de ciencia y medioambiente en Nueva Delhi, India, y otra de las
expertas que ha realizado el informe.
Procesados, bebidas azucaradas y tabaco, las otras
amenazas
La exposición de los niños a los anuncios de comida basura
y bebidas azucaradas se asocia con la compra de alimentos no saludables y
está relacionada con el
aumento alarmante de la obesidad infantil. "Unicef y otras
organizaciones internacionales llevamos varios años advirtiendo que la
obesidad también es un problema de los países pobres, ya que la comida
procesada y las bebidas azucaradas que la provocan es más barata, más
accesible", explica Blanca Carazo, responsable de Programas de Unicef
Comité Español. El número de niños y adolescentes obesos en el mundo
pasó de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016; es decir, se incrementó
11 veces, con graves costos individuales y sociales.
El informe también hace hincapié en el peligro que
representan para este grupo de edad la publicidad de estos productos. Los
niños y los adolescentes estuvieron expuestos a 51 millones de anuncios
relacionados con el alcohol en un año durante la retransmisión en televisión
de partidos de fútbol, críquet y rugby en Australia. Esta es una de las
conclusiones a las que ha llegado el informe, que también ha estudiado el
mercado en Canadá, Estados Unidos, México y Nueva Zelanda y que demuestra
cómo el control de la publicidad no ha impedido que se sigan presentando
anuncios dirigidos a los menores de edad. “La autorregulación de la
industria ha fracasado”, ha zanjado el profesor Anthony Costello. “La
realidad puede ser mucho peor: tenemos pocas cifras sobre la enorme
expansión de la publicidad en las redes sociales y los algoritmos dirigidos
a nuestros niños”.
Medidas inmediatas desde los gobiernos
“Es hora de replantear la salud infantil, de modo que se
considere que los niños y su bienestar son una prioridad en los programas de
desarrollo de todos los gobiernos por encima de todas las demás
consideraciones”, ha asegurado Henrietta
Fore, directora ejecutiva de Unicef en la presentación de estas cifras.
En la misma línea se ha expresado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director
general de la OMS, que asegura que los líderes están fallando con demasiada
frecuencia a las nuevas generaciones. “Este informe debe servir como una
llamada de atención para que los países inviertan en su salud y desarrollo,
tengan en cuenta sus opiniones, protejan sus derechos y construyan un futuro
apropiado para ellos”.
Los autores del informe y de la comisión proponen como
solución la creación de un nuevo movimiento mundial impulsado por los niños
y destinado a ellos en el que cuenten en la toma de decisiones; se refuercen
las normas de cada país con respecto a la regulación de publicidad de comida
rápida y tabaco, además de detener las emisiones de CO2 con la
máxima urgencia. “Tenemos una gran oportunidad. Disponemos de pruebas y
tenemos las herramientas necesarias. Es hora de que se inicie una nueva era
a favor de la salud de los niños y los adolescentes. Se necesitará valor y
compromiso para estar a la altura. Es la prueba suprema de nuestra
generación”, pide Richard Horton, editor jefe de The Lancet.
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