https://elpais.com/elpais/2018/12/13/ciencia/1544726930_213001.html
Así es el cerebro de un psicópata
Una revisión científica sugiere que el estrés
emocional en la infancia precipita la sobremaduración de algunas regiones
cerebrales y dificulta la gestión de las emociones
Barcelona 19
DIC 2018
Jessica Mouzo Quintáns
El doctor Pujol, del hospital del Mar,
que ha liderado la investigación sobre el cerebro de los psicópatas Hospital
del Mar
Aunque el imaginario colectivo desvíe siempre la
mente hacia la delincuencia y la maldad cuando se habla de la psicopatía,
este trastorno de la personalidad es algo más complejo de lo que sugiere
esa asociación. Ni todos los delincuentes son psicópatas, ni todos los
psicópatas son Hannibal Lecter, el villano caníbal de El silencio de los
corderos. "Los psicópatas son personas con problemas de relación
interpersonal y de gestión de las emociones. Aparentemente son fríos, aunque
no es cierto que no tengan emociones. Las tienen muy intensas. Lo que no
tienen son remordimientos, que es lo que da una
tendencia hacia la delincuencia, pero no en todos los casos, por
supuesto", explica el doctor Jesús Pujol, director de investigación de la
Unidad de Resonancia Magnética del servicio de Radiología del Hospital del
Mar de Barcelona. El médico ha liderado una revisión científica de otros
estudios publicados y ha constatado que el cerebro de los psicópatas es
distinto. La investigación apunta a que el estrés emocional en la infancia
precipita la sobremaduración de algunas regiones cerebrales como un sistema
de protección contra el sufrimiento, pero termina dificultando también la
gestión de las emociones.
La complejidad de la psicopatía trasciende a los
estereotipos. De hecho, un
estudio publicado en 2013 en la revista Journal of Forensic Science,
ya advertía de que el prototipo psicopático del icónico Lecter ni siquiera
era muy realista. Lo llamaron "un psicópata de élite, que exhibe niveles
exagerados de inteligencia, modales sofisticados y astutos, a veces hasta
niveles sobrehumanos y supermediatizados". Más acorde a la realidad era,
según el estudio, el
personaje de Anton Chigurh en No es país para viejos, un papel
interpretado por el actor español Javier Bardem.
El abanico de conductas es amplio, pero todos los
psicópatas coinciden en una cosa: las alteraciones cerebrales que los
diferencian de otros individuos sin este trastorno. Pujol y su equipo
revisaron más de 400 artículos científicos en los que se había analizado el
cerebro de las personas con psicopatía a través de resonancias magnéticas.
El metaanálisis, publicado
en la revista científica Psychological Medicine, ha concluido
que el cerebro de los psicópatas presenta una maduración acelerada de varias
regiones cerebrales relacionadas con el procesamiento emocional y el
cognitivo. "El cerebro de los psicópatas es diferente desde el punto de
vista anatómico y funcional. Hay diferencias en las áreas que procesan la
cognición y el razonamiento y en las que procesan la actividad emocional. La
conexión entre estas dos áreas falla", explica Pujol.
Los investigadores encontraron que, desde el punto de
vista anatómico, en las regiones de lóbulo temporal (donde está la amígdala,
relacionada con la emociones) y en el frontal (encargado de las funciones
cognitivas) había "una aparente atrofia de la sustancia gris". "Sin embargo,
lo que luego nosotros postulamos es que, en realidad, lo que había era un
aumento de la sustancia blanca, lo que implica una sobremaduración de esas
áreas", apunta Pujol.
Aparentemente son fríos, aunque no es cierto que
no tengan emociones. Las tienen muy intensas
El estudio sugiere que el origen de esa maduración
acelerada de algunas regiones cerebrales está en haber sufrido situaciones
de estrés emocional en edades tempranas. El cerebro desarrolla esa
sobremaduración para protegerse de las circunstancias que le provocan
sufrimiento. "En un contexto de estrés emocional, el niño desencadena una
sobremaduración que implica, por un lado, un bloqueo para evadir el
sufrimiento y, por otro lado, convierte a la persona en alguien
no escrupuloso y carente de remordimientos", señala el facultativo. Al
madurar rápidamente, el niño amplía la capacidad de tolerancia al
sufrimiento y logra evadirse de esa situación emocional que le hiere. Sin
embargo, este sistema de defensa provoca daños colaterales: "no tienen freno
emocional", sintetiza Pujol. El médico matiza que el trauma no es puntual,
sino que ha de ser persistente en el tiempo para llegar a modular la
anatomía del cerebro.
En la práctica, esta alteración cerebral provoca que,
ante un dilema moral, la activación de los dos sistemas (el cognitivo y el
emocional) se bloquee. Ni su capacidad de razonamiento ni sus sentimientos o
emociones están anulados. Lo que ocurre es que "la
asociación entre emoción y cognición en la toma de decisiones está bloqueada",
aclara el médico. Con todo, señala, "son responsables de sus actos".
Similitudes al consumo de esteroides
Los investigadores han encontrado también similitudes
entre los cerebros de los psicópatas y las personas que consumen durante más
de 10 años esteroides androgénicos (se suelen utilizar para mejorar el
rendimiento deportivo o aumentar la masa muscular). Las afectaciones
cerebrales detectadas en los psicópatas y en las personas que consumen estos
anabolizantes durante largos períodos de tiempo son las mismas.
Pujol matiza, no obstante, que esta similitud no
implica que los consumidores de esteroides acaben desarrollando, a largo
plazo, un trastorno psicopático. "Hay una semejanza anatómica de las dos
patologías. Si bien es cierto que el control de los impulsos y la conducta
pueden cambiar tras consumir esteroides durante largos períodos de tiempo,
esto está lejos de pensar que puede generar una psicopatía", explica el
investigador.
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