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NUESTRA
HIJA SE ENCUENTRA RECLUIDA EN UN CENTRO DE ACOGIDA Denuncia contra el Servicio de
Protección de Menores de Andalucía A LA ASOCIACIÓN PRODENI San José de la Rinconada (Sevilla) 22 de Mayo de 2005. Nos dirigimos a vosotros para exponeros la grave y peligrosa situación
en la que se encuentra nuestra hija, C. S. S. de 17 años, y en la que nos hemos
visto involucrados toda la familia tanto mi marido Manuel, mi hijo Daniel y yo,
Antonia S. y además de manera indirecta tanto la familia de mi marido como la mía. A día de hoy, 24 de Mayo nuestra hija se encuentra recluida en el
Centro de Acogida Inmediata “San Antonio” de la Organización “Paz y
Bien” situado en la Crta. Alcalá-Utrera de Alcalá de Guadaira en Sevilla, en
el que lleva 66 días, no se nos notifico nada respecto a la toma de esta decisión
y a día de hoy nos siguen diciendo que no hay nada contra nosotros y lo único
que hemos recibido (“gracias” al Abogado) es una carta de la Delegación
Provincial de Asuntos Sociales en la que 2 meses después dicen que tienen a
nuestra hija y que van a comenzar el inicio del proceso de desamparo porque a lo
mejor podemos impedirle el desarrollo personal y emocional, cosa que no logramos
a entender puesto que están hablando de una chica de más de 17 años y también
que nadie nos ha evaluado ni preguntado nada en el ámbito personal o psicológico
para hacer estas acusaciones.. Además destacar que en 2 meses y
pico solo hemos tenido 3 visitas, con casi 1 mes de diferencia en la segunda y
con 2 semanas en la tercera debido a que el Sr. Garrido de la Delegación
Provincial de Asuntos Sociales de la Calle Luis Montoto de Sevilla no le daba la
gana como nos dijo de forma literal. Por último destacar que no sabemos
que intereses tiene la organización Paz y Bien en mantener allí
indefinidamente a nuestra hija y alegando cosas bastantes surrealistas a nuestro
entender. Por último añadir que nuestra hija esta sufriendo malos tratos y
vejaciones, presenta un lamentable aspecto físico (ropa sucia, falta de higiene
/aseo ...) y por no hablar del psicológico en el que vemos que le están
haciendo mucho daño, además y por si esto fuera poco el citado centro de
acogida presenta unas condiciones lamentables tanto de mantenimiento como de
infraestructura (es muy... muy pequeño) y da una sensación de “dejadez”
muy grande ya que da la impresión de estar abandonado debido al lamentable
estado de conservación del mismo (jardín, edificio ...) A continuación detallo las situaciones y hechos más relevantes que
acontecieron a este suceso... El Domingo 13 de Marzo por la noche, mi hija estuvo hablando con su
hermano de los estudios pues tenía un examen al día siguiente, ella le contó
que el resto de exámenes ya los había hecho y que esté era el último, esto
nos sorprendió mucho ya que la semana anterior nos decía que aún no sabía
cuando eran cuando en realidad ya
los estaba haciendo, además le confirmo que no le habían salido muy bien y que
no podía concentrarse mucho en estudiar por lo que necesitaba que la ayudaran. Al día siguiente, Lunes 14 de Marzo, nos dirigimos mi marido y yo al
Instituto de Enseñanza Secundaria “Miguel de Mañara”, en San José de la
Rinconada, donde mi hija cursa Primero de Bachillerato en la modalidad de
Humanidades, para hablar con el tutor, sobre como ha llevado ella este segundo
trimestre ya que el anterior resultó bastante mal, al haber suspendido siete de
las diez asignaturas que tenía. El tutor nos comunica que nuestra hija acumulaba un número excesivo de
faltas de asistencia, además de dar muestras en clase de falta de atención y cómo
de estar ausente, por último nos comunica que a tres de los exámenes finales
de la segunda evaluación no se ha presentado sin justificar dichas ausencias,
no obstante el tutor nos ofrece la posibilidad de que hiciera dichos exámenes
nada más comenzar la 3ª evaluación. Nosotros no teníamos conocimiento de dicha situación, ya que su
hermano la llevaba en coche todas las mañanas, además que el Instituto en ningún
momento nos había comunicado el problema de las faltas de asistencia.
Posteriormente le comentamos al tutor que esta falta de interés por los
estudios era debido a la relación que mantenía con una persona mayor de edad
que había conocido meses atrás a través de Internet, con él cual salía los
fines de semana y que durante la
semana solo estaba pendiente del móvil,
del teléfono e Internet para cuando él llamara. Tras relatarle dicha situación
el tutor nos aconsejo que lo mejor para ella sería poner fin a dicha relación
ya que era destructiva para la menor al haberla desmotivado de los estudios. Nosotros con el afán de ayudar a nuestra hija en seguir con los
estudios le pedimos que nos ponga en contacto con el psicólogo o orientador del
Centro.. Posteriormente le exponemos el problema al Orientador del Instituto,
diciéndole nuestra preocupación por la falta de interés de nuestra hija hacia
el estudio desembocando en la situación anteriormente detallada, además de
hacerle saber el problema de aislamiento social por el que esta pasando nuestra
hija, no manteniendo relación alguna con compañeros ni amigos tanto en el
Centro como fuera de él, se le comenta que dichas situaciones se vienen
produciendo a raíz de una relación que ella mantiene con una persona que
conoció a través de Internet, dicha persona era mayor de edad pues tenía 22 años
y natural de Puerto Real, Cádiz, se pone en conocimiento del Orientador que
dicha persona venía los fines de semana (Viernes y Sábado, pasando la noche de
el Viernes en el Hostal el Cruce) a San José de la Rinconada y que durante el
resto de la semana contactaba con ella a través de Internet y del teléfono,
tanto fijo como móvil, siendo estas conversaciones diariamente de al menos dos
horas tanto en los teléfonos como en Internet y recibiendo por los menos ocho o
nueve mensajes al día en el móvil e innumerables toques puesto que siempre
estaba sonando. Haciéndole especial hincapié en que en dichas
conversaciones está persona trataba por todos los medios de someter a su
voluntad y que recientemente había provocado que finalmente nuestra hija no
tuviera amistades siendo la única persona con la que se tenía que relacionar
él. ESCRITO
DE PRODENI A LA
CONSEJERÍA PARA LA IGUALDAD Y BIENESTAR SOCIAL DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA (Copia
remitida a los Grupos Políticos del Parlamento Andaluz, incluyendo el escrito
de la familia) Málaga,
24 de Mayo 2.005. Se
adjunta el escrito elaborado a modo de diario que nos ha remitido una familia de
San José de la Rinconada en el que relata una serie de circunstancias que se
han venido sucediendo en torno a su hija C.S., de 17 años, a partir del mes de
Marzo de este año, cuando la menor que venía manteniendo una relación con un
joven mayor de edad de Puerto Real a través de Internet, sufrió un cambio
considerable en su comportamiento, abandonándose en sus estudios, faltando a
clase... por lo cual sus padres y hermano de 25 años mostraron la lógica
preocupación y accedieron al instituto, tanto con el profesor tutor como con el
Orientador, e interviniendo sobre su propia hija para que modificara su negativa
actitud, pues hasta entonces siempre había sido una niña normal, cariñosa,
buena estudiante... sin encontrar colaboración de la misma, pues a cada intento
de su familia reaccionaba a la contra, siempre estimulada por la influencia
incesante del joven de Puerto Real, quien incluso tuvo la desfachatez y
atrevimiento de presentarse ante la casa familiar dando gritos, animando a la
menor a salir de allí, diciendo que venía a salvarla, denunciando ante la
Policía Local que estaba recibiendo malos tratos de sus padres, con la
intervención incluso de sus padres de Puerto Real, no sólo ante la Policía
Local, sino también ante el Orientador del Instituto, quien ya había tomado
partido en contra de la familia de la menor, tras escuchar de ésta quejas en
contra de sus padres de tipo psicológico, como insultos, después de que los
padres ya hubieran estado hablando con el citado profesional pidiéndole ayuda
por la actitud negativa de la hija en los estudios. Circunstancias que
culminaron en el ingreso de la menor en un centro de acogida, bajo la tutela
provisional de esa Consejería, hecho que se produjo a partir del 16 de Marzo,
cuando la menor bajo las presiones que venía sufriendo, con el apoyo de
intervención externa, fue trasladada al cuartel de la Policía Local, y de allí
(supo la familia mucho más tarde) a un centro de menores donde continua, y, según
los padres y hermano, que así lo han podido constatar, en estado lamentable. En
el documento adjunto se relata también una intervención de la Policía Local
que, según la descripción de los hechos, ha sido desmesurada y contraria a la
legalidad, pues se presentaron en el hogar a instancias de denuncia del joven de
Puerto Real, imponiendo su presencia en el interior del domicilio, imponiendo
acciones y actitudes para entrevistar a la menor contrarias a lo establecido en
estos casos por nuestra legislación nacional y andaluza, dando ya de antemano
por hecho que lo denunciado por el joven aludido era totalmente cierto y
tratando a los padres y al hermano como si fueran delincuentes, faltando a las
elementales normas de respeto, y, por supuesto, dando alas a la hija en su
particular forcejeo con los padres, ella para que la dejaran en paz en su relación
con el joven puertorrealeño y libre de presiones para seguir haciendo la vida
académica que llevaba, sin estudiar y sin ir a las clases, y los padres y
hermano para que volviera a ser la niña que hasta entonces había sido y dejara
de seguir siendo influenciada por aquel joven que tanta desgracia les estaba
trayendo. Relatan
también su particular odisea por distintas instancias de la Administración, de
lo que guardan un amargo recuerdo por el maltrato institucional sufrido, en lo
que incluyen de manera especial su experiencia con el centro de menores, lo
acontecido en las dos visitas a su hija que hasta ahora se les ha permitido, por
las tremendas condiciones de las mismas, el trato recibido de las personas
encargadas, la imposibilidad de comunicar libremente con ella, el estado en la
que la encontraron, las heridas y hematomas que presentaba, diciendo la misma
menor que eran el resultado de palizas recibidas de otros menores en el centro,
ante la indiferencia de las encargadas vigilantes en las entrevistas, la durísima
experiencia de haber visto a su hija en el parque del Alamillo, donde supieron
que iban los del centro de menores, comprobando como era vejada y maltratada por
otros menores ante la presencia de las educadoras que nada hacían por
evitarlo... acusaciones muy duras que ellos, los padres, formularon ante la
Fiscalía del Menor, y con anterioridad, ante la guardia civil por los hematomas
observados y por lo que su propia hija les había podido explicar. Pero
también relatan con amargura e impotencia, no solo el maltrato institucional
(las duras frases que han tenido que venir escuchando de algunos técnicos de
Protección de Menores y educadores del centro de acogida) sino también el
silencio administrativo que les ha rodeado, pues hasta el 16 de Mayo no han
recibido por escrito información de la Entidad Pública de los motivos por los
cuales su hija estaba internada, cuando nuestra legislación civil impone que la
comunicación a la familia tiene que ser inmediata y aquí ni siquiera se había
producido de forma oral... lo que les motivó a tener que acudir a los medios de
comunicación, en algunos de los cuales ha quedado reflejada la angustia e
impotencia de esta familia, su absoluta desesperación, su inútil clamar al
cielo buscando en los medios la forma de llegarle a ustedes, de tocarles de
alguna manera los sentimientos, de ser, en una palabra, escuchados porque nadie
les abría sus puertas a pesar de haber contratado a un abogado, al que
finalmente tuvieron que dejar por los enormes gastos que les suponía. Y
lo peor, la comprobación in situ de que su hija les pidió salir de allí, que
quiere volver a casa, que la tratan mal, que le meten miedo diciéndole que como
se escape luego la detiene la policía y la meten en la cárcel... su lamentable
estado, esa sensación que no se les quita de la cabeza de que su hija está en
una cárcel, no solamente por el maltrato que la familia ha recibido, las malas
formas, la prepotencia, poder omnímodo y modos autoritarios del personal cuando
las visitas, sino porque han visto a la propia menor, en contra de su voluntad,
con muestras físicas de haber sido golpeada, mal vestida, triste... Por
nuestra parte, después de haber escuchado lo que en este relato se menciona,
entre lo que cabe destacar también como el joven puertorrealeño pasa de
protector y salvador de la menor a denunciarla y exigir a través de la Policía
Local (patética Policía Local que ahora se disculpa) la devolución de los
regalos, hemos aconsejado a la familia que responda con alegaciones al escrito
recibido de ustedes iniciando el procedimiento de desamparo, y que responda con
los testimonios vecinales, familiares y profesionales que aporten la visión que
sobre ellos se tiene, la relación que con su hija venían manteniendo hasta los
desgraciados acontecimientos de Marzo, y, por supuesto, la presentación de un
estudio psicológico de la familia, en el que no podrá participar, por razones
obvias, la menor afectada, pero que, al menos sirva, como referente ante las durísimas
calificaciones contenidas en la resolución de desamparo, sorprendentes para
estos padres y hermano, pues sólo se basan en los datos recogidos de la
intervención sobre la menor, probablemente del Orientador del Instituto, pero
en ningún caso en un estudio serio y objetivo hecho a la totalidad de la
familia, con los obligados parámetros de validez científica, siendo las
citadas imputaciones y descalificaciones no más que mera especulación sin
valor científico alguno y que vienen a cargar sobre la familia la pesada losa
de una injusta persecución que ellos sienten sobre sus cabezas y que les ha
desestabilizado hasta el punto de que la madre ha perdido la salud con varios
episodios cardíacos detectados en el hospital, y el padre y hermano con
dificultades en el ámbito laboral, dado también que por la situación vivida
se encuentran emocionalmente incapacitados para trabajar. Según
nos dice Antonia, su hija siempre ha sido una niña ejemplar tanto en su casa
con ellos y con su hermano, como en el ámbito escolar, constando buenos
informes educativos hasta que terminó la ESO con 16 años, es decir, todos los
problemas surgieron cuando entró en el nuevo instituto a realizar el
bachillerato y se relacionó por Internet con el joven de Puerto Real. Y si
hasta ese momento todo iba bien, como los padres pueden acreditar ¿cómo se
puede entender que cuando ya ha cumplido 17 años estemos ante una menor víctima
de una familia de la que, tal como la Entidad Pública mantiene “se
aprecian indicios de un funcionamiento familiar distorsionado donde se aprecian
factores de bloqueo en su funcionamiento a consecuencia de temores obsesivos
y experiencias traumáticas, victimización y soborno emocional, déficit
en los procesos de individuación y
discriminación de roles, indiferenciación y confusión de los subsistemas
parental y filial y hermetismo familiar”. Máxime si tenemos en cuenta que
para llegar a tales asertos habría previamente que haber realizado un estudio y
no partir de una mera presunción de los mismos con medidas tan graves y
traumatizadoras (estas sí) como las que se han venido adoptando, provocadoras
de daños innecesarios e injustos, y por los que los miembros de esta familia
tendrán que recibir la necesaria terapia médica y psicológica. Los
miembros de esta familia, los padres y el hermano, están, pues, en absoluto
desacuerdo con la medida adoptada, con la resolución de inicio del desamparo,
con el trato institucional recibido... y exigen, porque no lo pueden exponer de
otra manera, que esto termine de una vez con la devolución de su hija al hogar,
así como la ayuda necesaria para poder sobrellevar y superar este calvario. Por
nuestra parte, le pedimos, como ya lo hubiera hecho la familia ante el
Ministerio Fiscal, que la menor pueda expresarse, pueda hablar libremente ante
el Fiscal o ante el Juez de Familia, para que ponga en su conocimiento los
hechos que los padres han expresado en su denuncia, es decir, si ha sido
maltratada por compañeros, si desea volver al hogar y si se encuentra en el
centro en contra de su voluntad. Creemos que esta petición da de lleno en lo
legalmente dispuesto en nuestra legislación para que los menores sean
escuchados, en especial los menores tutelados por la Administración, un derecho
que, al parecer, según el relato de la familia, su hija no conoce y tendría
que conocerlo porque los encargados de su custodia y el Equipo Técnico de
Protección de Menores deberían hacérselo saber, y, en ningún modo
trasladarle mensajes del tipo “la policía te va a llevar a la cárcel” u
otros, totalmente contrarios a la legalidad general y a la filosofía y
normativa de esa Institución de la Junta de Andalucía. Trasladamos,
pues, este escrito y estas peticiones a la espera de ser escuchados y atendidos
para que la menor y su familia puedan recuperarse e integrarse y volver a ser lo
que eran, para lo cual, en vez de medidas tan drásticas y desestabilizadoras,
habría que promover medidas de ayuda y apoyo sobre el terreno, que si se
hubieran producido antes no hubieran llegado estas cosas a los niveles (ya de
escándalo) en las que ahora se encuentran. ALEGACIONES DE LA FAMILIA PARA QUE LE DEVUELVAN A SU HIJA
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