
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2016/10/13/excusas-toca/0003_201610G13P2992.htm
Opinión
Tribuna
No hay excusas. Es lo que toca
Antonio Rial
Profesor de Psicoloxía 13/10/2016
El uso de Internet, las redes sociales y las
nuevas tecnologías entre los adolescentes es hoy una de las
principales preocupaciones para padres y educadores, y está generando
no pocos quebraderos de cabeza a nivel institucional. Tanto es así que
ya ha sido incluido en algunos planes autonómicos de trastornos
adictivos, intentando articular medidas realmente eficaces en
prevención. Los serios problemas de convivencia escolar que está
generando el uso del móvil, junto a los numerosos casos de ciberacoso
o de sexting, han dado lugar a la implantación de sesudos protocolos
de convivencia escolar que, lejos de solucionar el problema, parecen
no haber dejado satisfecho a nadie.
Más allá del potencial adictivo que la Red
comporta para niños y adultos, del cual la ortodoxia marcada por los
manuales diagnósticos y las asociaciones profesionales impiden todavía
hablar con rigor, lo cierto es que Internet y las redes sociales
constituyen un caldo de cultivo que los expertos vienen constatando
desde hace años en un aumento de los casos de violencia filio-parental
y de género, ciberacoso o actitudes sexistas y xenófobas, por no
hablar de las muchas conductas de riesgo, como pueden ser el contacto
con desconocidos, los juegoson-line o las apuestas. Para bien o para
mal, Internet y las redes sociales conforman un nuevo contexto en el
que no existen lugares concretos, ni límites, ni horarios.
La Red supone una magnífica oportunidad
educativa, de socialización y de desarrollo personal para un
adolescente, pero también requiere de una supervisión y un seguimiento
diario, en cuanto elemento trascendental para su educación y
adquisición de valores, su salud y bienestar y su construcción como
persona. Las redes sociales conforman hoy los nuevos parques y los
nuevos patios donde se crían, se relacionan y se socializan nuestros
hijos. La adolescencia es la etapa en la que más pesa la opinión de
los demás, en la que más carencias emocionales pueden surgir y en la
que existe una mayor dependencia del entorno. Es cuando se configura
la personalidad, donde mayor es la necesidad de reconocimiento social
y de popularidad (lo que nos convierte en más influenciables) y donde
más van a pesar carencias de autoestima o de asertividad. Lo
verdaderamente importante, lo que está en juego, es la socialización
de nuestros hijos, no solo lo que hacen, sino también lo que dejan de
hacer, su educación y su crecimiento como personas. Educar hoy es
educar también en el uso responsable de la Red.
Lejos de la prohibición y la censura (efectivas
solo a corto plazo), la implicación directa de los padres, el
establecimiento de normas y límites, la supervisión y acompañamiento,
junto a la educación en valores y habilidades de vida, constituyen las
mejores herramientas con las que contamos. No hay excusas.