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http://temas.publico.es/bienestar-es-vida/2018/06/21/los-nativos-digitales-no-existen-pero-sus-problemas-si/
Los nativos digitales no existen, pero sus problemas,
sí
Elena Santos, Psicóloga de la Unidad de Personalidad y
Comportamiento del complejo
hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid
21 junio, 2018
En 2001, el conferenciante educativo Marc Prensky
popularizó el concepto “nativos digitales” para referirse a las generaciones
que habían nacido rodeadas de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación. Lo hizo en un artículo en el que enfrentaba a esta supuesta
nuevaespecie homínida con la de generaciones precedentes, que
debían conformarse, en el mejor de los casos, con llegar a ser “inmigrantes
digitales”.
El término se ha instalado cómodamente entre nosotros
para tranquilidad de muchos padres que, pobres aspirantes a meros inmigrantes,
desisten de cualquier intento de inmiscuirse en la relación entre sus hijos nativos con
los móviles, tabletas y ordenadores. “¡Si mi hijo me enseña a mí! ¿Qué le
voy a explicar yo?”. Y a otra cosa.
Diecisiete años después -una eternidad en términos
tecnológicos- se amontonan los estudios, investigaciones, libros y artículos
que niegan la mayor: los nativos digitales no existen, pero los problemas
derivados de una relación temprana con las TIC, sí. Nadie nace aprendido,
tampoco en materia digital, y saber manejar un móvil, escribir un tuit,
avanzar en un videojuego o subir una foto a Instagram no prepara a nadie
para mantener una relación correcta, adecuada y sin riesgos con el mar de
posibilidades -pero también de peligros- que acechan al otro lado de la
pantalla.
Más allá de los contenidos inapropiados a los que
niños y adolescentes pueden acceder -o subir ellos mismos indebidamente-, la
mayor preocupación actual gira en torno a la adicción a internet entendida
globalmente, lo que incluye las redes sociales, los juegos en línea, etc.
Este mismo año, España ha incluido por primera vez en la Estrategia Nacional
sobre Drogas el uso compulsivo de los servicios online y la excesiva
dependencia de internet como una nueva adicción al mismo nivel que cualquier
toxicomanía.
Aislamiento social y contenidos inadecuados
Sin llegar a ser adictos, se estima que el 18 % de
los jóvenes españoles entre 14 y 17 años hace un uso excesivo de estas
tecnologías, lo que se asocia a un incremento del aislamiento social,
fracaso escolar y consumo de estupefacientes.
Internet nos proporciona siempre información,
distracción y diversión al momento, siempre hay alguien virtual al otro
lado, como pasa en las redes sociales, pero los niños y adolescentes no
tienen las habilidades necesarias para hacer un uso adecuado de esa oferta
lúdica ni para discernir esa supuesta compañía digital que, en cada vez más
casos, nos aísla de la compañía real de las personas reales.
El peligro de que esta dependencia lleve a los más
jóvenes al aislamiento y la soledad, puesto que estando solos en su cuarto
llegan a sentirse rodeados de gente sin el esfuerzo que entraña salir y
enfrentarse a cualquier situación social, que es lo que realmente nos
prepara para interactuar con el mundo en cualquier etapa de la vida, también
cuando sean adultos.
Enseñar a navegar sin riesgos
Es importante estar alerta también en relación a la
infoxicación y los contenidos no siempre adecuados a todas las edades
que son sin embargo de libre acceso en internet. A estas edades, los chicos
no saben cómo manejar estas herramientas -porque sin duda son herramientas-,
y se acaban viendo metidos en un mundo que a veces asusta, engancha y
desborda, y eso tiene consecuencias.
Volviendo al fallido o, al menos, inexacto concepto
de nativos digitales, el estudio a gran escala EU Kids Online,
realizado por investigadores de universidades de Holanda, Bélgica y
Finlandia, destaca entre sus conclusiones que “se ha exagerado con el hecho
de que los niños sepan más que sus padres (…) Hablar de nativos digitales
oscurece la necesidad que tienen los niños de recibir apoyo en el desarrollo
de las habilidades digitales”.
La apuesta pasa por invertir tiempo en enseñar a
niños y adolescentes la existencia de estos riesgos y peligros, al tiempo
que les hacemos conscientes de la infinidad de posibilidades positivas que
les pueden aportar las redes sociales y las nuevas tecnologías. Desde
unidades como la nuestra trabajamos y ofrecemos recursos para que estos
peligros no generen dificultades ni patologías como adicciones o
aislamiento.
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