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Maltrato infantil se vuelve silencioso

Por Ana Luisa Casas

Persiste en Coahuila el castigo físico a los menores por sus padres.

Maltrato infantil se vuelve silencioso

Saltillo, Coahuila.- 

1 de diciembre 2017

Una nalgada, un pellizco o un manazo en la boca han sido las prácticas correctivas en miles de niños durante su formación, sin embargo, también representa una forma de ejercer maltrato infantil. 

Aunque la Ley General de los Niños, Niñas y la Familia especifica en su fracción octava del Artículo 102 que quien ejerza la patria potestad, tutela o guarda y custodia del menor deberá abstenerse de cualquier atentado contra su integridad física y sicológica, a pesar de ello 9 de cada 10 madres de familia en Coahuila emplean formas violentas para disciplinar a sus hijos, según la Fundación Luz y Esperanza.

“Este apartado en la ley se pensó para erradicar el castigo corporal que hasta hace poco los padres de familia ejercían con mayor nivel de violencia para corregir, educar o disciplinar a sus hijos, sin embargo, nos topamos con casos donde las madres emplean otro tipo de agresiones que no deje huellas”, aseguró Rosa María Salazar, presidenta de la fundación.

Refirió que son los estirones de pelo, golpes en la cabeza, encierro en lugares aislados, amarrarles a la cama y nalgadas las principales formas de castigo físico hacia los menores, aunado a los insultos y descalificaciones para su corrección, causando daños sicológicos. 

ASPECTO CULTURAL

“Es un aspecto cultural, donde se normaliza que las madres empleen violencia en la formación de sus hijos y estos mismos niños, al crecer educarán así a sus hijos, por eso durante la estancia de familias vulneradas en la Fundación, también se fomentan la crianza positiva donde se educa a base de reglas, límites y valores”, agregó.

Y lamentó que el dicho “a los niños hay que corregirlos con vara” aún sea escuchado de abuelas encargadas de la crianza de sus nietos o que las propias madres apelen al dicho “dale unas nalgadas para que se eduque”.

“Incluso hay lugares donde venden varas con dicha frase, que además es una interpretación equivocada de ese pasaje bíblico, pues no refiere a la violencia sino a una serie de normas dentro de la familia”, expresó la fundadora. 

Y recomendó a los padres de familia fortalecer las normas y límites dentro de casa, pues aseguró que los castigos físicos, en la medida que sean empleados, no son necesarios para la formación de los pequeños.

Recientemente un informe publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a inicios de este mes titulado Una Situación Habitual: Violencia en las Vidas de los Niños y Adolescentes, reveló que 3 de cada 4 niños de 2 a 4 años en todo el mundo son víctimas de algún tipo de disciplina violenta por parte de sus cuidadores, mientras que 6 de cada 10 son castigados por medios físicos.

Además, refiere que a nivel mundial mil 110 millones de cuidadores afirman que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a los niños.

NIÑOS SIN PROTECCIÓN

Asimismo, el organismo internacional advierte que hasta la fecha sólo 60 países han adoptado una legislación que prohiba totalmente el castigo corporal contra los niños en el hogar, lo que deja a más de 600 millones de niños menores de 5 años sin protección jurídica plena.

Como parte de un sondeo, Zócalo Saltillo entrevistó a madres de familia que admitieron haber ejercido alguna vez castigos físicos sobre sus hijos y argumentaron que en algunas ocasiones es necesario aplicar dichas medidas dado que los menores son cada vez menos respetuosos con sus padres.

“Claro que le he dado alguna vez una nalgada, sobre todo cuando no entienden, porque aunque uno les llame la atención y no hacen caso”, expresó, Yesenia Rodríguez, quien admitió que no es la mejor forma para educar a su pequeño de 10 años, pues piensa que en “los tiempos de ahora” es más difícil educar a los hijos, pues anteriormente había mayor respeto hacia los padres.

“N’ombre ahora te retan, te dicen “te voy a demandar con el DIF o ándale pégame”, cuando antes uno entendía con la pura mirada de su mamá”, comenta.

Por su parte, Verónica Ejía refirió que en algunas ocasiones es necesario dar un par de nalgadas pues con el tiempo se hacen cada vez más chiflados y olvidan quién es la autoridad en su hogar.