La Asociación Pro Derechos del Niño y
la Niña (Prodeni) ha pedido a las distintas administraciones más control de
«un sector» de la comunidad rumana para evitar casos como el de la menor de
15 años que era prostituida por su madre, identificada como F. C. y que fue
detenida en Níjar durante la semana pasada.
Fue el portavoz de Prodeni, José Luis Calvo, quien lamentó que las
autoridades no están realizando una «correcta labor de prevención social»
para detectar posibles situaciones de prostitución de menores de edad que se
aprecian «puntualmente» en una parte de los ciudadanos que llegan a España
desde Rumania.
Calvo argumentó que entre algunos miembros del colectivo rumano existe la «evidencia
demostrada» de casos de explotación infantil derivados no sólo de la
intención de lograr un beneficio económico, sino de una «ruptura gravísima»
del sistema de valores de la familia y que lleva, según él, a actuaciones no
sólo como la prostitución, sino también a la mendicidad infantil o incluso
a la venta de niños. A su juicio, y aunque subrayó que estos comportamientos
sólo se dan entre algunos sectores «marginales» de la comunidad rumana
-fundamentalmente de etnia gitana-, diferenció que en otros grupos de
inmigrantes la mujer puede prostituirse por necesidad económica, «pero nunca
sus hijos».
Para Prodeni las administraciones y cuerpos policiales sólo persiguen estos
casos 'a posteriori', pero no desarrollan «ninguna tarea de intervención
social para velar por la escolarización de estos niños, que suelen residir
en núcleos dispersos, y prevenir situaciones anómalas» como la de Níjar.
Los hechos
F. C., de 37 años, fue sorprendida por una dotación de la Policía
Local en patrulla rutinaria a las 03.55 horas del pasado domingo cuando
circulaba junto a su hija y dos hombres por la barriada de San Isidro de Níjar
en un vehículo que fue interceptado para un control de identidad. A partir de
preguntas de los agentes, uno de los ocupantes reconoció que se dirigían al
domicilio de uno de ellos para mantener relaciones sexuales, por lo que
procedieron a solicitar la documentación a ambas mujeres al observar los
rasgos «aniñados» de una de ellas.
Ni F. C. ni la menor, ambas de nacionalidad rumana, portaban identificación
alguna por lo que los policías se desplazaron con ellas hasta su vivienda,
ubicada también en la barriada de San Isidro, donde constataron que eran
madre e hija y que ésta última contaba con tan sólo 15 años de edad. La
mujer está en libertad con cargos y la menor tutelada por la Junta.