Eldiario.es
Qué hay tras las redadas de
pedófilos
Los
fiscales encuentran dificultades para probar la existencia de redes organizadas
de pornografía infantil
No
existen programas específicos para evitar la reincidencia cuya tasa es la más
alta entre abusadores sexuales
Raúl
Rejón
La
pornografía infantil crece de año a año.
El 30 de abril la Policía
Nacional detuvo a 41 personas en una operación contra la pornografía
infantil. Los arrestos fueron noticia de primer orden. Un mes antes, la Guardia
Civil realizó tres
acciones diferentes que detuvieron a 21 personas en 18 provincias. En ambos
casos, “gran cantidad material pedófilo fue intervenido”. Cada año más de
400 personas son detenidas en España por estos delitos. Y cada redada suponen
flashes, noticias, titulares, lluvia de comentarios… ¿Y luego?
“ Son unos
arrestados más en los calabozos”, comentan los agentes a eldiario.es.
Aunque España está en los “puestos de cabeza europeos” en cuanto a
descargas de pornografía infantil en la redes P2P, según la Guardia Civil, no
existe un protocolo especial para abordar estos delitos o a sus arrestados. El
volumen ha ido creciendo hasta convertirse en el 13% de todos expedientes
incoados por los fiscales españoles en el ámbito informático. De hecho,
internet ha disparado este fenómeno de manera que, según Interpol, “a
comienzos de 2013 nuestra base de datos tenía 3.000 víctimas identificadas en
40 países”.
El capitán de la
Guardia Civil Carlos Igual, del equipo de delitos contra menores, explica que
“los detenidos por estos asuntos siguen un curso igual que el del resto”. La
cuestión es que la posesión de pornografía infantil “no acarrea pena de
prisión la primera vez”. Una vez iniciada la operación policial “la
acumulación de pruebas tiene ciertos problemas”, aclara Igual. “Si las imágenes
llegan de manera algo fortuita, puede que luego no sirvan en un juicio”. De
hecho, casos así pueden prolongarse hasta dirimirse en el Tribunal
Constitucional. En 2011, el TC revisó un caso en el que tuvo que subrayar
que “la autorización dada al propietario del establecimiento informático
[que fue quien denunció al pedófilo] para el acceso al ordenador no puede
extenderse al posterior acceso a los archivos de la policía (…) el sacrificio
de derecho fundamental afectado estaba justificado”. Un técnico en
reparaciones había avisado a la policía tras encontrarse con imágenes
sexuales de niños.
La pedofilia es la
atracción sexual que un adulto siente por los niños y está incluida en las
clasificaciones de trastornos psicológicos DSM-IV-R
y CIE-10 de la OMS,
que manejan los forenses judiciales. La pederastia es el paso de la atracción a
la consumación con el menor, “muchas veces es cuestión de que se dé la
oportunidad”, subrayan los investigadores. La pedofilia en sí misma no debería
servir para eximir a los acusados. El magistrado del Tribunal Supremo, José Ramón
Soriano, establece que esta tendencia “no impide ni limita la capacidad d
actuar del acusado”. Pero también matiza que “en supuestos graves asociados
a otros trastornos psíquicos relevantes” puede suponer “una disminución de
la imputabilidad”. Con ese matiz saltó la polémica en 2009 cuando la
Audiencia Provincial de Sevilla rebajó la condena a un hombre que había
abusado durante dos años de una menor al aplicar la atenuante de “pedofilia
asociada a la toxicomanía”.
El capitán Igual se
dedica a hacer perfiles psicológicos de delincuentes. “El pedófilo puede ser
una persona totalmente integrada en la sociedad con su familia y relaciones o
puede tener un perfil de solitario aislado”. En ambos casos, se trata de,
normalmente de varones, "muy obsesivos y muy exclusivos". Consumen
este material y solo este material. También son muy metódicos en el sentido de
que “coleccionan” pero de forma “compulsiva”. Este guardia civil asegura
haber encontrado en algún registro “ terabites de fotos y vídeos”. Tanto
que el arrestado “no habría tenido tiempo material en su vida para verlo”.
De hecho, “gastan todo su tiempo libre en la búsqueda y acumulación”. No
son ningún hacker. “Son usuarios informáticos normales”. Lo que sí los
define es su carácter manipulador: “Se sirven del engaño y la mentira”
para conseguir lo que quieren.
Otro aspecto tras
los titulares de la redada es la dificultad para hallar la manera de demostrar
ante los jueces que los arrestados son una red. La operaciones que saltan a los
medios de comunicación son siempre de decenas de personas y muchas provincias
pero luego la Fiscalía admite que “aun cuando las operaciones policiales se
realicen simultáneamente [con muchas personas y muchas detenciones] la
inexistencia de una base jurídica para sostener una acción concertada o alguna
forma de asociacionismo o estructura criminal suele determinar que cada uno de
las actuaciones sea examinada independientemente”. Y ahí es donde viene la
queja del capitán Igual: “Muchas veces son delitos menores”, puestos de uno
en uno. En este sentido, en Interpol apuestan por crear “nuevas herramientas
de investigación y base legal” ya que los “patrones en los abusos de
menores tienen cambios constantes”.
En España, el
consumo pedófilo se realiza especialmente por las redes de intercambio, no en páginas
de pago: “Para qué van a pagar si puede ser gratis”, explica el guardia
civil. “No tienen demasiado cuidado de no ser rastreados”, abunda, para
luego rematar: “Al hablar con compañeros de otros países nos comentan que
allí sería imposible encontrar pedófilos en la red de manera tan sencilla”.
Y es que parece ser que con hacer una búsqueda superficial en las redes de
intercambio de ficheros “saltan”. Luego aducen que se les “coló” el
archivo con menores en un paquete de pornografía adulta. De hecho eso le sirvió
a un condenado para que el Supremo le dejara la pena “por posesión de
pornografía infantil (sin distribución) en una multa de seis meses” a cinco
euros diarios.
Igual
explica que los pedófilos son "muy
reincidentes" y comenta un caso concreto en el que, dice, “un
condenado nos aseguraba: “No puedo evitarlo”. Era la tercera sentencia que
recibía. A pesar de esto, no se aplica un programa psicológico para paliar el
impulso y por tanto ahorrar todo el proceso de investigación, detención,
acusación, juicio, condena, prisión.
Instituciones Penitenciarias carece de un programa
de tratamiento como sí existe para violadores (un delito grave pero con la
menor tasa de reincidencia inferior al 6% cuando la media
general es de más del 37%). La línea prioritaria de investigación en
estos momentos es el Grooming,
el acoso en las redes sociales. Según los agentes que lo persiguen “las
edades de los niños son cada vez más bajas”. Y los métodos se sofistican:
“Ya no se hacen pasar por menores en perfiles falsos sino que piden cosas a
cambio de premios o puntos para actividades on line”.
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