El País
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silenciada-del-abuso-sexual- infantil.html
La realidad silenciada del abuso sexual infantil
Cuatro actrices narran
un relato universal desde la sororidad femenina en ‘Solo un metro de
distancia’
"Solo un metro de distancia" narra la historia
de Inma, una mujer que sufrió abuso sexual infantil por parte de su padre.
MOISÉS FERNÁNDEZ ACOSTA.
IdoiaUgarte
Madrid 8 de diciembre 2020
Cuando las
personas sufren un trauma como puede ser el abuso sexual infantil se produce
una despersonalización o distanciamiento, un mecanismo de defensa que se
activa para bloquear esa vivencia, como si fuese algo ajeno que le ha
sucedido a otro. El título del montaje Solo un metro de distancia
hace referencia a esa vida disociada de las víctimas, a través de cuatro
mujeres que narran desde fuera un drama como éste bajo la dirección de
Antonio C. Guijosa, responsable de la ganadora de dos premios Max
Iphigenia en Vallecas. El espectáculo regresa a la sala Cuarta
Pared hasta el 20 de diciembre tras el éxito de sus funciones programadas a
principios de año y pasará al teatro Fernán Gómez del 14 al 17 de enero de
2021.
Ana Mayo
interpreta a Inma, la protagonista, que lucha contra una sensación de vacío.
Le han robado su infancia y su presente, y tan solo existe dentro de un
abismo que nadie es capaz de descifrar. Se muere de soledad y baraja la idea
de quitarse la vida, como única salida que encuentra a su transcurrir
etéreo. La actriz catalana es una de las guías de este viaje magnético que
comienza cuando Inma recibe la llamada de su hermana, que le anuncia que
está embarazada. Es entonces cuando rememora su doloroso pasado, el abuso
sexual que sufrió por parte de su padre cuando era pequeña. “Hay una frase
muy bonita en la obra que es: el dolor del otro es solo del otro.
Creemos que podemos entenderlo porque todos hemos sufrido, pero en realidad
no es así”, explica la actriz.
Una de las escenas "Solo un
metro de distancia" en la Sala Cuarta Parez en Madrid. MOISÉS FERNÁNDEZ
ACOSTA.
Durante el
proceso de ensayos, Mayo recordó una experiencia “desagradable” que había
vivido con un profesor que era cura. Asegura que en su caso no fue
traumático, pero también afectó a otras compañeras de su escuela. Además, la
preparación de este montaje coincidió en el tiempo con la
denuncia de abusos que dos hermanos interpusieron en marzo de 2019 a los
Jesuitas de Barcelona. Mayo llegó a la conclusión de que no le había dado
importancia a aquello por vergüenza: “Cuánto falta por hacer. Qué poco
informados y qué desamparos están los niños. Es importante impartir talleres
para darles herramientas a ellos y a los padres, porque la vergüenza te
culpabiliza y eso es terrible. Hay que dar el salto como en un maltrato y
aceptar que el agresor es el culpable”.
Otra de las
actrices que conforma este elenco es Muriel Sánchez, que encarna a la
psicóloga de la protagonista: “Siempre siento la necesidad y el deber de
poder dar voz a temas tan silenciados. Cuando me puse a ello me di cuenta de
lo complicado que era. Incluso tuve miedo al principio porque quería
transmitirlo desde el máximo respeto y cuidado”. Añade que esta obra se
centra en lo que pasa alrededor de la víctima y en la incapacidad de
entender al otro. “Cuántas veces nos encontramos gente que tiene una forma
diferente de comportarse, aparentemente son frías, no se emocionan. Con
cualquier personaje que defiendes tienes que entender las circunstancias, su
comportamiento tiene que ver con su experiencia. Este papel me ha servido
para no juzgar a nadie nunca. Todos llevamos detrás una maleta, puede ser
cualquier otro trauma”, explica Sánchez.
El título "Solo un metro de
distancia" hace referencia a esa vida disociada de las víctimas de abuso
sexual que el dirtector Antonio C. Guijosa trae a escena. MOISÉS FERNÁNDEZ
ACOSTA.
La pareja de
Inma, interpretada por Beatriz Grimaldos, es la voz racional y científica
que piensa que el dolor se extirpa como si de un tumor se tratara. Busca el
castigo del abusador, que la víctima encare el problema, pero no se da
cuenta de que cada persona necesita unos tiempos porque la vida no suele
responder a ese pragmatismo que abandera. Un rol con el que la audiencia se
identifica mucho, pero con el que la actriz no conseguía empatizar. Fueron
largos los debates con el director para intentar comprender ese punto de
vista.
Grimaldos
pone el acento en las ganas que tenía de trabajar en un proyecto solo de
mujeres. “La testosterona a veces hace falta apartarla un poco”, bromea.
Aunque reconoce que le molesta que en las entrevistas resalten este hecho:
“Cuando de repente hacemos una obra cuatro mujeres se dice que es una
historia de mujeres, no se hace la misma pregunta en las funciones
interpretadas por hombres. Estoy harta de que lo que cuentan ellos es lo
universal, lo neutro, lo que nos representa a todos y lo que contamos
nosotras solo nos representa a nosotras”. Feminista declarada, considera que
el universo de las mujeres se ha invisibilizado por completo a lo largo de
los años y que ha sido fagocitado por la mirada masculina que tiene otra
aproximación y perspectiva.
Cuatro actrices
narran el drama del abuso sexual de Inma, la protagonista de esta historia.
MOISÉS FERNÁNDEZ ACOSTA.
Coincide en
esto Camila Viyuela, que agrega la necesidad de derribar ese mito de que las
mujeres se odian entre ellas: “No es real, parece que quieren que nos
piquemos. Hay una imagen de que somos arpías y envidiosas. En este montaje
se ha respirado amor y cariño desde el principio”. Viyuela hace de la
hermana de Inma y cree que el teatro sirve para dar visibilidad a realidades
tabú: ”El abuso sexual pasa muchas más veces de las que pensamos. Había días
que te ibas totalmente revuelta porque es un tema muy duro”. Pero aclara que
Solo un metro de distancia no tiene un final trágico ni
melodramático. “Es una mujer con un problema en los hombros que tira para
delante con todo. Cada vez que interpreto esta función veo a la protagonista
como una heroína. Independientemente de que hayas vivido algo así te sientes
identificado con cualquier personaje, porque muchas hemos sido
incomprendidas”. Afirma que el público sale conmovido y feliz porque esta
historia es un delicado canto a la vida.
Cuándo: Hasta el 20 de de diciembre, viernes
y sábado a las 21h; domingos a las 19h. Dónde: Sala Cuarta Pared, Calle de
Ercilla, 17. Precio: 14€
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