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ENTREVISTA
| Víctima del seminario de Astorga
"El cura abusaba de nosotros por las noches,
continuamente"
"Sentí rabia e impotencia, ¡un párroco abusa
continuamente de sus alumnos y le premian!", denuncia una víctima del
expárroco de Tábara
"Me siento burlado. Las víctimas deben ser reparadas
de todas las formas posibles, después vendrá el perdón"
Jesús Bastante
01/03/2017

Exseminaristas exigen a la
Diócesis de Astorga que aclare los abusos denunciados EFE
F.J.L. tiene 43 años. A
finales de los años 80 sufrió
abusos sexuales en el seminario
de La Bañeza (Astorga, León) a manos del cura José Manuel Ramos Gordon, el hasta
hace unos meses párroco de Tábara y condenado por la Iglesia. Esos abusos
marcaron su vida. Nadie
quiso responder en la Iglesia, sumiéndolos en una completa oscuridad.
Hace ahora
dos años y medio, después de la publicación del "caso
Romanones", F.J.L. consiguió hacer llegar su historia al Papa Francisco,
quien ordenó al Obispado de Astorga una investigación y una condena.
Por primera
vez, concede una entrevista en la que relata su triple sufrimiento: por los
abusos, por el silencio inicial y por lo que considera "un engaño".
¿Qué sintió al saber que la condena a su abusador
era de apenas un año y que, pocos meses después, se le daba un homenaje en
su parroquia?
Permítame
citarle unas frases de la homilía del Papa Francisco en la capilla de Santa
Marta: "La infancia, sabemos todos, es un tesoro"; "Actos que han dejado
cicatrices para toda la vida"; o "no hay lugar en el ministerio de la
iglesia para aquellos que cometen estos abusos y no toleraré el daño
infligido a un menor por parte de nadie".
¿Dónde quedan esas palabras en su caso?
Creo que
las palabras del Santo Padre no han calado en los responsables y jueces de
los procesos. ¿Cómo cree que me pude sentir? Burlado. Respecto a los
homenajes, sentí rabia e impotencia al ver cómo se encubrían las razones
reales de su retiro. ¡Un párroco abusa continuamente de sus alumnos y le
premian!
¿Cómo se ha sentido tratado por la diócesis, por
los jueces y por el anterior y actual obispo de Astorga?
El trato en
la primera entrevista fue cordial y se me explicó cómo había sido el
proceso. Yo estaba nervioso: era volver al pasado y revivir la historia de
nuevo. El juez (canónico) me comunicó que monseñor Camilo [obispo entonces]
no me recibiría por motivos de salud; no sabían cómo iba a actuar al
respecto, podría pedirme perdón o por el contrario pedirme explicaciones de
por qué hacía esto ahora.
La segunda
reunión, con el juez y el notario, fue mucho más fría, me tomaron
declaración y su actuación conmigo fue regalarme el oído. En ambas reuniones
me comunicaron actuaciones que iban a llevarse a cabo y que no se llegaron a
hacer, como abrir un proceso contra aquellos que supieron y no actuaron, o
un procedimiento de reparación que tampoco se realizó.
La
audiencia posterior con el actual obispo fue de un trato más amable, y de
nuevo volví a relatar lo sucedido en el seminario. La cara de monseñor era
de asombro. Me ofreció su ayuda en lo que fuera necesario. En la última
audiencia, en esta ocasión con monseñor y el juez, se dio por concluido el
proceso. En dicha reunión, el juez negaba palabras y comentarios que en
anteriores reuniones se me habían comunicado.
Mi
indignación es grande, ya que tengo la impresión de que durante todo este
proceso realmente no han hecho nada de lo que tanto querían hacer: buscar
responsabilidades, reparación, castigo ejemplar... nada.
¿Por qué se decidió a denunciar estos abusos ante
el Papa Francisco?
La
experiencia me ha demostrado que dar rodeos no sirve para nada, ya se
recurrió en el pasado a los responsables de esa época y miraron para otro
lado, así que decidí ir al peldaño más alto de la escalera. Su santidad, ya
que no confiaba en nadie más.
¿Qué ocurrió en La Bañeza?
Corrompieron continuadamente de la manera más ruin y sucia nuestra infancia,
aprovechándose de unos niños que no entendían y que callaban por miedo,
satisfaciendo así los instintos más bajos y rastreros de un cura depravado
que abusaba de nosotros por las noches, continuamente, y muy poco le
importaba verte roto de dolor. Te acostabas e intentabas dormir a la espera
de que no te tocase a ti esa noche. Jamás se me irá de la mente el asco y la
repugnancia que sentía cuando él abandonaba el dormitorio.
A pesar de
recurrir a otros tutores e informarles de lo que estaba ocurriendo, José
Manuel permaneció un año más impartiendo clase. Asimismo, durante el proceso
canónico supe que el obispo Antonio Briva [obispo de Astorga cuando se
produjeron los hechos] se le informó de la situación, y que esto consta en
un informe en la diócesis. Aun así, le permitieron seguir allí, exponiendo
al resto de los alumnos. Esto me parece imperdonable.
¿Qué pasos pretende dar a partir de ahora?
Todo lo que
esté en mi mano. No estoy solo, la unión hace la fuerza, sé que esto no va a
terminar aquí. Esto solo ha sido un paso, sé que saldrán a la luz más casos
de pederastia y alguien tendrá que hacer algo al respecto.
En ningún momento ha solicitado compensación
económica, sino justicia. ¿Qué pediría, si pudiera, para que de algún modo
pudiera sentirse reparado?
Que la
tolerancia cero sea real, que el castigo a los culpables sea equitativo al
delito cometido y que basta ya de falsas promesas. Me consta que en otras
partes del mundo a las víctimas se las ha reparado económicamente, incluso
en casos prescritos. También a mí, en reiteradas ocasiones, se me comunicó
que era deseo de la Iglesia reparar el daño causado, pero esta cuestión
jamás se llevó a cabo.
Entiendo que si canónicamente no se ha tenido en cuenta la reparación, es
porque no lo han querido. Si moralmente creen y tanto desean "reparar el
daño causado", que lo hagan. Creo que las víctimas deben ser reparadas de
todas las formas posibles, después vendrá el perdón. Después de una vida
luchando con este sufrimiento, noches sin dormir, condicionándote la vida, y
reviviendo todo ese dolor y dar el paso de contar todo este agravio padecido
(abusos sexuales continuos, malos tratos, encubrimiento...), no pueden
pretender cerrar la herida con un simple perdón. ¿Qué les dice su moral y su
conciencia?
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