25.000 víctimas
de la pederastia
La Iglesia católica cometió en Irlanda
abusos físicos y sexuales sobre miles de niños desfavorecidos
elpais.com
W. O.
- Coventry - 24/05/2009
Tras casi 10 años de trabajos, la comisión
de investigación formada en Irlanda para esclarecer los abusos físicos y
sexuales sobre miles de niños desfavorecidos ha hecho públicos sus trabajos
esta semana. El informe no ha sido ajeno a la controversia porque no publica los
nombres de los más de 400 religiosos y religiosas y un centenar de seglares
acusados por las víctimas. No ha sido una sorpresa: los investigadores
renunciaron a airear la identidad de los acusados -muchos de ellos ya
fallecidos, otros enfermos- a cambio de que las órdenes religiosas implicadas
aceptaran colaborar en la investigación.
A la Iglesia católica le ha salido barato
el escándalo en términos materiales: apenas ha corrido con el 10% de los más
de 1.200 millones de euros abonados por la República de Irlanda a 12.500 de los
afectados, gracias al generoso y sospechoso pacto firmado en 2002 con el
Gobierno de Dublín sobre la ilusa base de que bastaría con 300 millones de
euros para indemnizar a todos los hombres y mujeres víctimas de aquellos abusos
cuando aún eran unos niños.
La Iglesia católica ha podido salvar
algunos barcos, pero su honra ha quedado manchada quizás para siempre. En
particular la de la potente Congregación de los Hermanos Cristianos, los Christians
Brothers, que abrió su primera escuela en Irlanda en 1802 y que aún
gestiona dos centenares largos de escuelas por todo el mundo.
Los Hermanos Cristianos estaban al frente
de la escuela industrial de Artane (Dublín), probablemente escenario de los
abusos a mayor escala durante varios decenios. Allí estuvo Mick Waters, desde
los 10 a los 15 años. Waters, que en estas páginas evoca aquellos días traumáticos,
se vio encerrado sin motivo justificado y tuvo que emigrar para rehacer su vida.
Tal y como hicieron tantos otros de los 25.000 niños que se estima que fueron víctimas
potenciales de la pedofilia y la violencia de hermanos y sacerdotes católicos.
Waters, que se dedica a ayudar a la gente
que ha sufrido abusos sexuales en la infancia y a investigar esos casos cree que
ahora, en Irlanda, está sucediendo lo mismo que en los años 1950, sólo que
ahora las víctimas son los niños inmigrantes.
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