Condena
ejemplar para los padres de Alba
La niña
maltratada recibirá un millón y medio de euros como indemnización
diariometro.es
14/01/2009
La Audiencia de Barcelona ha condenado a
la madre de la niña Alba a 20 años y seis meses de prisión, y a 22 años de
prisión para el padrastro, por los delitos de lesiones, malos tratos y otro
contra la integridad moral. Los condenados deberán indemnizar con 1,5 millones
de euros a la menor de Montcada i Reixac (Barcelona), cuya madre ha perdido la
patria potestad.
La Sección Vigésima ha declarado probado que, entre noviembre de
2005 y marzo de 2006, Francisco Javier P.E. agredió a la niña en diversas
ocasiones e, incluso, la ató "fuertemente" a una silla o le hacía
tragar en cuchara sus propios vómitos.
No obstante, el tribunal descarta la petición del fiscal de
condenarlos por intento de asesinato, aunque les ha impuesto las penas máximas
por los delitos probados.
La Sala condena a Francisco Javier P.E. a dos años de prisión por
un delito contra la integridad moral, a cinco años por un delito de lesiones
con la agravante de parentesco, a doce años de cárcel por otro delito de
lesiones con las agravantes de parentesco y alevosía, y a otros tres años por
malos tratos.
En cuanto a la madre de Alba, el tribunal entiende que era
"perfectamente conocedora" de las agresiones y las vejaciones que sufría
su hija a manos de Francisco Javier P.E., pero no hizo nada para detenerlos
poniendo así "en grave peligro la integridad física de su hija".
Es por ello que la condena a la misma pena con la única diferencia
de que los magistrados la han considerado cómplice y no autora de un delito
contra la integridad moral, por lo que le han impuesto una pena de seis meses de
cárcel.
Además, le han prohibido acercarse a menos de mil metros de ella
durante cinco años cuando salga de prisión --igual que al procesado--, le han
retirado la patria potestad de la menor durante cinco años y han ordenado que
no se le informe sobre la evolución de la niña mientras permanezca en prisión,
tal y como solicitó Ana María C. el último día de juicio.
Alba sufre un deterioro de las funciones cerebrales muy grave con
un trastorno del lenguaje escrito y verbal --se comunica con gestos y sonidos--
y con ausencia de movilidad en la parte derecha del cuerpo, por lo que va en
silla de ruedas y depende de terceras personas "para la supervivencia y
todas las actividades de la vida diaria", recoge la sentencia.
Además de estas secuelas irreversibles, puede sufrir
complicaciones pues hasta ahora ha rechazado todas las prótesis para paliar la
pérdida de hueso craneal a causa de varias infecciones.
La sentencia rememora la paliza de la noche del 4 de marzo de 2006,
cuando el procesado dijo a la acusada, Ana María C., que bajara a la calle con
Maite mientras él le ponía el abrigo a Alba. Cuando se quedaron a solas,
Francisco Javier P.E. "zarandeó brutalmente y con tal violencia a Alba que
le provocó un hematoma subdural".
Al ver que no bajaban, Ana María C. y Maite subieron las escaleras
y se encontraron al acusado con la menor en brazos inconsciente --en coma-- y la
llevaron "inmediatamente" al CAP de Montcada i Reixac, desde donde fue
trasladada al Hospital Vall d'Hebron.
El tribunal también considera probado el testimonio de Maite, la
hermanastra de Alba, que presenció los malos tratos y empezó a hacer lo mismo
a sus muñecas, como relató su madre en el juicio. El padrastro de Alba tapaba
la boca a la niña de Montcada con un precinto y le obligaba a beber agua con
una jeringuilla.
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