PRODENI

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Sin piedad

 AGAPITO DE CRUZ FRANCO  

22/02/2008

         Dicen que la justicia no regula afectos, sino derechos entre las personas. Eso nos lleva a inferir que en el hecho jurídico ¿las personas son cosas? ¿Supone que desde hace 2000 años cuando los romanos lo alumbraran ¿no hemos avanzado nada?

         Acaba de hacerse pública la sentencia del caso Piedad. Una niña que cuando se haga mayor tendrá más derecho que nadie a juzgar. Y a buen seguro, podrá investigar lo que hicieron con ella los adultos desde que llegó a este mundo. Rastrear su aventura vital en la Dirección General del Menor del Gobierno de Canarias. La incompetencia, seguro que vendrá a su mente como un contravalor definitorio de lo que significa la política cuando esta se enquista en la burocracia. La kafkiana responsabilidad en la evolución del caso de este Organismo que financiamos todos los contribuyentes es digna de la imaginaria del escritor de Praga. No puede quedar inmune. Ni impune. De hecho la familia acogente no descarta presentar una demanda contra esta Dirección General por responsabilidad patrimonial, “al mantener un acogimiento nada claro que causó un grave daño tanto a la menor como al seno familiar”.

         Declarada en desamparo en 2002, la Dirección General del Menor asume su tutela. Pasa tres años en un centro de acogida de Tafira hasta que es entregada a Soledad Perera en La Orotava. Tras integrarse por fin en una familia, una sentencia dictada por la jueza titular del Juzgado de Instrucción nº 5 de Las Palmas, dictamina que Piedad ya con 6 años, vaya con su madre biológica. Este hecho se produce en mayo de 2007, y tras diferentes negativas donde se mezclan la familia acogente que alega los irreversibles daños psicológicos que pueden producirse en la niña y la Dirección General del Menor que, ahora y tras la sentencia, calla.

         El Juzgado de lo Penal nº 6 de Las Palmas termina condenando por fin a la madre adoptiva y por video conferencia, a una pena de 8 meses de prisión por delito de desobediencia. En Toledo, y según apunta la asociación en defensa del menor Prodeni, en un caso similar de una niña de 6 años, se respeta el bien superior del menor y se suspende una ejecución de sentencia porque la niña no es un bien económico, sino un ser humano, una vida, permaneciendo con la familia acogente. ¿Estamos en Estados diferentes?

         La madre condenada sigue hablando de amor, lealtad y fidelidad a sus principios. De entrega sin límites por los derechos de una menor tambaleada por las circunstancias y las Instituciones. Y en su soledad, cita Soledad a Alejandra Pizarnik: “ Aún me atrevo a amar el sonido de la luz en una hora muerta, el color del tiempo en un muro abandonado”.Dolor, indignación, impotencia. ¿Dónde quedó Montesquieu?

          Piedad, cuando consiga decidir por ella misma, podrá reescribir su historia. Dirigirse a los medios de comunicación que reflejaron la lucha de su madre adoptiva. Las manifestaciones populares y las intervenciones de asociaciones relacionadas con el menor de Canarias y de España. Actuaciones como la del Cabildo de Gran Canaria o el Ayuntamiento de La Orotava dando el apoyo a la familia adoptante e instando al Parlamento de Canarias a acoger bajo su protección a la menor, lo que nunca hizo. Sabrá también cómo se interesaron por su caso el propio Ministerio de Justicia y la  Casa Real.

         Es posible que entonces, como señala Prodeni “se haya formado a los jueces de familia, extendido los juzgados de familia a todo el ámbito de derecho de familia, dotado a dichos juzgados de jueces especializados y sentado principios como el del interés superior del niño, su derecho a participar, y la conciencia de que no es un simple objeto jurídico”.Es posible que entonces “todos los informes psicológicos, forenses, médicos, pedagógicos, del Gobierno y de los Hospitales que afirmaban que con la decisión de despegarla de la familia adoptiva se iba a exponer a la menor a un grave riesgo, sufrir un retroceso y adquirir problemas psico-sociales de conducta además de una regresión” sean tenidos en cuenta en una situación similar ”. Hoy por hoy, lo que ha quedado claro en este caso, es que ha sido llevado a cabo sin Piedad