PIEDAD
VUELVE A UN CENTRO DE MENORES. ES EL CUARTO EN SU CORTA VIDA DE SIETE AÑOS
25 de Noviembre 2008
FUENTES DE TODO CRÉDITO ASEGURAN A PRODENI QUE LA NIÑA
PIEDAD SE ENCUENTRA INTERNADA EN UN CENTRO DE MENORES DEL CABILDO DE GRAN
CANARIA DESDE HACE UN MES. LA NIÑA PADECE TRASTORNOS FÍSICOS Y DE CARÁCTER.
Prodeni ha verificado y acreditado la información recibida.
Como saben, PIEDAD, fue retirada a su madre biológica
a los siete meses de nacer; estuvo sucesivamente en dos centros de menores hasta
los tres años; luego fue dada en acogimiento preadoptivo en La Orotava,
residiendo feliz en su nueva familia casi tres años, hasta que,
por orden judicial, a demanda de la madre biológica, el 10 de mayo de
2007 la separan de esta familia ingresándola en un centro de menores del
cabildo de Santa Cruz de Tenerife; la privan de todo contacto y comunicación
con su mundo afectivo y meses después la entregan a la madre biológica, con la
que permanece alrededor de un año, hasta que a finales del pasado mes de
Octubre vuelve a caer en un centro de menores, el cuarto en su corta existencia,
evidenciándose el fracaso de la medida.
El caso PIEDAD mereció un notable interés informativo a
caballo entre 2006 y 2007, en que duró la pugna legal, con una acción de la
Justicia fuertemente inclinada a
favor de los intereses y derechos de la parte biológica y en contra de los
intereses y derechos de la niña, que nunca fue escuchada, desestimándose
asimismo informes técnicos y profesionales (incluso de Protección de Menores)
contrarios al desarraigo de la menor del lugar donde había encontrado
estabilidad y felicidad.
Si bien, en un principio, el Gobierno Canario tuvo
clara la defensa de PIEDAD y se posicionó ante el estamento judicial en defensa
de los intereses y necesidades de la niña, finalmente cambió de actitud, llegando, incluso, a denunciar a los acogedores
preadoptivos, acusándolos de obstrucción a la justicia, motivo por el cual se
están enfrentando éstos a sucesivas multas y juicios, con una condena recaída
por desobediencia y pendientes de un nuevo juicio señalado para el mes de
febrero de 2009.
Entre el 10 de Mayo de 2007 y su vuelta a un centro de
acogida a finales del mes pasado, el trayecto de esta niña está sembrado de
silencios y absoluta opacidad, hasta el punto que el propio juzgado de familia nº
5 de Las Palmas, careció de informes sobre la evolución de PIEDAD en el centro
de menores hasta que fue entregada a la madre biológica, tal como acreditó la
propia jueza, primero en una providencia de Enero de 2008, en el que reiteraba
demanda al Gobierno Canario de los informes no recibidos de la menor entre junio
y octubre de 2007, y luego, en su resolución de ejecución de la disposición
de entrega de la niña, en Febrero de 2008, basándose únicamente en una
información telefónica desde La Dirección General del Menor de que la niña
estaba bien.
No cabe duda que la noticia de la vuelta de PIEDAD
a un centro de acogida es un auténtico escándalo que indignará
a una opinión pública que había estado fuertemente posicionada a favor de la
estancia de la niña en La Orotava, en contra del proceder de una acción de la
justicia, de un ministerio fiscal y de protección de menores que la han
arrojado a “los pies de los caballos”. Y no nos vengan ahora diciendo que
esta nueva coyuntura no estaba prevista en el guión porque el futuro de la niña
quedó fatalmente escrito a partir del 10 de mayo de 2007, en que fue condenada
por un sistema impropiamente llamada de Protección de Menores que ejerció
eficazmente de verdugo de otro llamado impropiamente de Justicia, tal como así
lo entienden los miles y miles de ciudadanos que no entienden que estas cosas
puedan ocurrir en una sociedad avanzada del siglo XXI.
Y es que el caso PIEDAD, en Canarias, como lo fuera el de
DIEGO, el niño de El Royo, en Salamanca, es una muestra de ineficacia
demostrada de las instituciones, que en vez de velar por los derechos e
intereses de los niños, son, por el contrario, la causa de su desgracia.
En ese sentido el largo peregrinaje de PIEDAD por este camino
de despropósitos administrativos y judiciales tiene que acabar cuanto antes
porque tiene derecho a su felicidad, la que un día obtuvo en La Orotava, a
donde ahora debería volver. Su regreso a La Orotava es el único buen fin que
deberíamos conseguir a esta pobre niña, mientras seguimos peleando hasta
conseguir una justicia afín a la protección, de verdad, y a la defensa, de
verdad, de los derechos y necesidades de los niños y niñas.
Que nadie, desde las instituciones (generalmente “de
tapadillo” y sin dar la cara) venga ahora queriendo “dulcificar” este
monumental fracaso de regreso de PIEDAD con su madre biológica, diciendo que
estas cosas son imprevisibles o acudiendo al fácil recurso de la fatalidad o la
mala suerte. Si PIEDAD está en un centro de menores no es por circunstancias
inesperadas sobrevenidas, puesto que era una situación que sabíamos se iba a
producir más tarde o más temprano, y, eso que por parte de la Administración
Canaria, se puso todo el empeño en ayudar a esa madre, con los resultados que
todos ahora podemos comprobar.
Nota: Ver en la web de PRODENI: “No tuvieron piedad” la
historia de una niña canaria en verso.
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