LA GACETA DE CANARIAS
‘Piedad’ estará
hoy en un centro de Gran Canaria tras el ultimátum judicial
El
Juzgado dio ayer 24 horas para la entrega de la menor
Advierte a la madre de
acogida de que de no hacerlo incurrirá en delitos con pena de cárcel
04/05/2007
LAS PALMAS DE G.C.–
El Juzgado de Primera Instancia nº 4 de La Orotava
ha requerido a Marina Perera, madre de acogida de la niña Piedad, que
manifieste dónde se encuentra la menor y, en todo caso, proceda a su entrega a
la Dirección General del Menor en el plazo improrrogable de 24 horas.
En caso contrario, “si no lo verificare” incurrirá en un delito de
“quebrantamiento de los deberes de custodia y en el de desobediencia,
previstos en los art. 223 y 556 Código Penal con penas de prisión, y en
cualquier otra infracción penal que pudiere proceder”.
Este Juzgado califica de “obstinada” la “conducta de la acogedora Marina
Soledad Perera Pérez quien, haciendo caso omiso a las resoluciones
administrativas y judiciales se niega a entregar a la menor” y a la vista del
contenido de los informes remitidos por la Dirección General del Menor. La señora
Perera Pérez “actúa movida por su particular interés de adulta y no en el
de la niña, tomando además atribuciones que no le corresponden”, añade la
sentencia.
En este texto se insiste en la idea de que “Marina Soledad y su entorno pueden
estar proyectando sobre la menor sus propias tensiones emocionales con el
consiguiente maltrato psicológico, situación que no puede ser contrastada y
evaluada convenientemente por los técnicos competentes, pues la acogedora lo
impide ocultando a la niña hasta el punto que, en la actualidad, se desconoce
absolutamente dónde y en qué situación se encuentra la pequeña”. Así, la
familia de acogida tiene hasta hoy para entregar a la menor a la Administración.
Discrepancias
Por su parte, la asociación para los derechos del niño Prodeni afirma que no
comparte la sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas porque no se ha
tenido en cuenta los derechos e intereses de la niña Piedad, a la que en su
opinión se ha degradado “a simple objeto de litigio”.
Prodeni afirma en un comunicado que se ha dilucidado sobre una pugna entre
instituciones y entre adultos y se ha desvestido a la niña de su humanidad
“arrebatándole sus atributos de persona y su titularidad de derechos”,
asegura en alusión a la sentencia que obliga a la madre preadoptiva a
entregarla para su ingreso en un centro de acogimiento.
Piedad y sus circunstancias personales no cuentan en los 24 folios de la
sentencia, añade Prodeni, que acusa a la Dirección General de Protección del
Menor del Gobierno canario de vender a la niña por “el plato de lentejas”
de la presión judicial.
“Decimos que la vendió porque hasta ese momento la familia acogedora gozaba
de todas las prerrogativas de una Dirección General que hacía todo lo posible
por mantener alejado de “Piedad” el duro puño de la acción de la Justicia,
consciente de los graves daños que le podría ocasionar”, asegura.
Apunta también que la niña no ha sido escuchada directamente por la
jueza ni por la Audiencia, pero tampoco lo ha sido “a través de los
documentos técnicos y profesionales que valoraban el alto grado de integración
familiar y opinaron en contra de un cambio de titularidad”.
Por otro lado, si se compara con la despreocupación de los magistrados sobre lo
que a Piedad le pueda pasar, llama la atención el interés y preocupación de
la Sala por su actual estado, afirma.
Critica la opinión de la Audiencia de que el hipotético sufrimiento de la
menor va a ser mitigado gracias a la atención de los profesionales,
desautorizando las voces que vienen advirtiendo sobre las consecuencias del
cambio, lo que demuestra “el claro desconocimiento de los magistrados de
cuales son las circunstancias sociales y afectivas de la niña, su grado de
vinculación familiar”.
“Con esta sentencia se ha escrito otra página negra más en la historia de
los derechos del niño que hace compañía a las de otras audiencias
provinciales, como la de Sevilla en el caso de la niña de Benamaurel y la de
Salamanca en el caso del niño del Royo”, asegura Prodeni.
A su juicio, va a resultar peor imponer a la niña un cambio traumático de
familia que atender los intereses de la madre biológica “porque se hace a
costa de los sentimientos y la salud de la menor”.
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