"Se
nos acusa de querer a Piedad"
Carta
de Sole, la madre acogedora
A
veces faltan palabras y sobran argumentos. Faltan para expresar sentimientos
porque éstos son tan extensos que minimizan los términos.
Sentimientos que giran en torno a una familia que es feliz, una familia
que ya lo era hace años, una familia que vio aumentada su prole hace dos años
con la llegada de un ser indefenso de ojos grandes y pelo rizado. Un angelito
demandante de amor y de solidez, de estabilidad y cariño, de atenciones
personalizadas…
Cuando acudió a nosotros el Gobierno de Canarias en adopción nacional
fue porque esa niña necesitaba una familia y un hogar, muy lejos quedaba el
buscar un hijo para nosotros sino unos padres para una pequeña.
Esta niña, nuestra hija, después de haber permanecido en una casa de
acogida durante tres años, después de haber apagado las velitas de sus cumpleaños
tres años consecutivos, desde su primer año de vida, junto a sus compañeros y
personal del hogar maternal, es preparada para que llegue mamá y se asienta en
nuestra familia como un miembro más, reconociendo su espacio, sus pertenencias,
su entorno, su colegio y lo más importante se desarrolla como persona y como
ser individual porque se siente querida.
Nuestra pequeña es feliz, ama a su familia, se siente segura. Para ella
llegó la paz de la sonrisa a la hora de dormir, la plenitud, el expresarse
abiertamente, el sentirse sana, sin ninguno de los problemas de salud psicosomáticos
y físicos que manifestaba anteriormente por la carencia de la figura materna.
Hoy
mi niña, tiene su propio gusto, su criterio, tiene sus principios, tiene chispa
y sentido del humor y, de su boca sólo salen frases de satisfacción y múltiples
“te quieros”. Ella duerme serenamente, en la habitación junto a su hermana
de nueve años, su mejor amiga y compañera de juegos.
Ahora nosotros para la Jueza Titular del Juzgado de Familia nº 5 de Las
Palmas de Gran Canaria somos simplemente “meros interesados” ¿en qué? Me
pregunto yo. Es que ¿acaso estamos hablando de una parcela? El sentimiento no
se puede medir y no se puede jamás comparar con
un bien material. ¿Se es “interesado”, por dar cariño y amparo,
protección, educación y alimento. Se es interesado por hacer lograr la
estabilidad de una menor y luchar por conservarla?
Somos culpables de haber querido a nuestra pequeña, de haberla hecho
sentirse feliz.
También
se recoge en los escritos que nunca debimos permitir que nos llamara padres
porque no lo somos, figura que sólo
“somos meros acogentes”. Es duro. Muy duro, quizás con este lenguaje de
maltrato psicológico hacia nosotros se pretenda mermar nuestras fuerzas y
confundir nuestro criterio, consecuencias imposibles para quien tiene claro lo
que significa apego y seguridad. También se nos acusa de ser nosotros quienes
creamos un trauma a la pequeña, nosotros…. Sobra añadir que el juego de
palabras para lograr un fin sólo pervive en el papel mientras éste dure y que
es de sabios dudar y ser cauto.
Respecto
a esta terminología tan utilizada del acogimiento preadoptivo aclarar que
se utiliza este término durante el primer año de adopción nacional, al
tiempo de adaptación y seguimiento, en este caso totalmente superados y, que
posteriormente, hubiese correspondido a la Dirección General de Protección al
Menor elevar la plenitud de la adopción, un mero trámite burocrático, que
nada tiene que ver con el acogimiento temporal. Por lo tanto,
no es elegante intentar confundir con los términos, porque al fin y al
cabo, respetamos enormemente las dos modalidades porque ambas conllevan entrega
y buen hacer, la buena voluntad nacida del corazón.
¿Quién tiene el poder de romper los sueños y la vida de un menor por
posibles derechos de adultos?.
¿Quién
es capaz de ejecutar a quién no puede defenderse ni pronunciarse o mejor dicho,
a quién no se le permite ni hablar? O, simplemente,
se pretende que vea paulatinamente destrozada a una familia para luego
ser escuchada? No es tan fácil destrozar el cariño y el firme criterio.
¿Cómo se puede acosar a una familia de una forma tan humillante e
ininterrumpida para medir cuánto aguanta un ser humano
ante mandatos fuera de toda aplicación de Derecho y Protección de
Menores y repletos de brutalidad y total desprecio hacia el más noble de los
sentimientos?
¿Quién
le va a devolver a nuestra hija la sonrisa y los sueños? ¿Quién consolará su
pena y sus lágrimas ante el futuro incierto al
que
está condenada?
¿Quién
se va a hacer responsable de ella cuando las consecuencias sean irreparables?
¿Quién
conoce mejor a una pequeña con la que se ha convivido y se ha visto progresar
enormemente?
¿Por
qué no hemos sido escuchados? ¿Porqué consta en el acta del juicio que
nosotros no deberíamos ni de existir? ¿Por qué tanto desprecio?
No basta que por nuestra desobediencia por objeción de conciencia y ante
hechos que demuestran claramente que se han vulnerado todos los derechos de la
Menor en este procedimiento, se nos abra un procedimiento penal y se nos acuse,
incluso de sustracción de Menores, se obligue a un Gobierno a romper una
resolución de adopción, se nos humille públicamente como delincuentes y se
esté obstaculizando de forma brutal la paz de nuestras vidas.
No basta con eso, sino que ahora, a partir del lunes día 15 de enero del
presente año comenzará a contar cada desobediencia nuestra, en pro de proteger
a nuestra pequeña, a multarnos con sanciones ejemplares, según consta en
documentos oficiales, por lo visto los que hemos trabajado en la vida para
conseguir un futuro, los padres y los abuelos que trabajaron también para ello,
somos en peso culpables por habernos abierto camino con el mayor de los
sacrificios. Por eso somos merecedores de pagar ahora con un dinero que ni
siquiera tenemos, pero que lograremos, porque el dinero es dinero, puede costar
sangre y sudor pero los sentimientos no tienen precio. Esos 6.000, 12.000 y
20.000 Euros de sanción cada vez que no entreguemos a nuestra hija romperá la
estabilidad económica de una familia que vela por la seguridad de los suyos
pero no romperá el corazón de nuestra pequeña.
Desde aquí nuestro llamamiento al Poder Judicial, a la Justicia, al
Ministerio Fiscal, al Pueblo, a las Asociaciones, a las Administraciones, a la
Instituciones, al ser humano…
¿Hasta
dónde la impunidad y el hermetismo?
¿Hasta
dónde la licencia de un Poder que produzca las consecuencias que sea?
¿Hasta
dónde una legislación contradictoria que habla del Bien Superior del Menor y
aplica los intereses de los adultos?
¿Hasta
dónde la libertad de la aplicación del Derecho y hasta dónde la legalidad en
tal aplicación?
¿Hasta
dónde la carencia de la censura?
¿Hasta
donde la prepotencia y la falta de caridad?
¿Dónde
está la palabra ausente?
¿Dónde
está la voz de Piedad?
Gracias a todas aquellas personas que nos han ayudado en nuestra lucha
por defender unos sentimientos enraizados. Gracias a DAGA, a su presidenta
Mar Calvo, jurista y perenne ángel de la guarda en este camino,
incondicional. Gracias a PRODENI, a Don Jose Luis Calvo. A AFAIC, a su
presidenta María del Río, a COPILETE, y
a todas las demás asociaciones canarias y nacionales. Gracias al Ayuntamiento
de La Orotava por su valentía y apoyo a Piedad y a su familia, por comprender
el mundo de la infancia. Gracias a Susana Ramos Piñot autora de
“Mariposas”, a Virginia, a Xandra, a Yolanda, a Jeannette, a Ale, a Paqui de
Valdepeñas, a Elsie Ribal, a Celestino González Herreros, a Domingo Perera
Acosta y a su familia que es la nuestra. A Nieves García, a Braulia González ,
a Tere Cruz, a Patricia, a Pili y a su pequeña Lucia, a Calixto, a Min y al
personal de su Tasca, a Iván. A Eduardo y a Carmen (casa de acogida de Tafira)
por haberle dado todo el cariño y las
atenciones posibles a mi niña durante tres años…. Gracias a cada persona que
ha dado un testimonio en los medios de comunicación trasladando su opinión y
vivencias. A cada político, a cada persona de a pie, a mi familia en peso, a
los amigos. A los medios de comunicación por hablar de una pequeña y sus
sentimientos y no convertir este tema tan doloroso en un conflicto de adultos,
gracias por su sensibilidad. Gracias a cada una de las personas que ha aportado
su grano de arena y ha dejado una lágrima de indignación en el camino.
Gracias a Piedad por ser como es,
como ella se ha formado, por respetarnos, por querernos y por dejarse querer.
Por ser feliz.
Sole
“
El amor no sólo debe ser una llama,
sino
una luz”.
Henry David Thoreau
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