PRODENI

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Prodeni critica el trato dado a Piedad por la Consejería canaria de Bienestar Social

Carta a la Consejera

A LA CONSEJERÍA DE BIENESTAR SOCIAL, JUVENTUD Y VIVIENDA DEL GOBIERNO DE CANARIAS

Señora Consejera:

 A finales de Diciembre del pasado año remitimos a esa Consejería un escrito desde la asociación PRODENI referente a la niña PIEDAD. Fue como consecuencia de haber conocido la circunstancia del internamiento de la niña en un centro de menores, de tener noticia también de que la pretendida normalización con la parte biológica no se había llegado producir, y de la alarma que nos había suscitado unas declaraciones públicas del Fiscal Jefe Provincial de Las Palmas, Señor García Panasco, que hizo de altavoz de la Dirección General del Menor y la Familia en cuanto a que el regreso de PIEDAD a un centro de menores había sido a petición de la propia  madre biológica y que sólo se trataba de un incidente puntual que tendría pronta solución, pues estaban en ello para solucionarlo los Servicios Sociales de la Comunidad Canaria.

 Sabíamos que no se estaba diciendo la verdad y así se lo hicimos ver al propio Fiscal Jefe en un prolijo escrito donde probábamos que la Administración canaria del Menor no protegía debidamente a la niña y que se la sacrificaba en pro del cumplimiento de una decisión judicial, cuya ejecución, la ejercida por ustedes, solamente pretendía satisfacer las exigencias del guión dictado desde la orilla judicial, sin importarles un comino los sagrados derechos e intereses de PIEDAD, creando una tupida red de silencio alrededor, incluso diríamos de presiones y de miedos para que no se filtrara ninguna información que pudiera poner en entredicho lo que se estaba haciendo, a pesar de lo cual nos ha llegado muy buena y jugosa información y sabemos muchas cosas, ya se lo iremos demostrando.

 Y ahora hemos vuelto al Fiscal otra vez porque en el colmo de los colmos se va a producir dentro de unos días una escenificación judicial del mundo al revés, es decir, de acusadores los causantes y cooperantes de la desgracia de la menor (Fiscalía y madre biológica) De testigos de cargo, D. Carlos Esquivel, Jefe de Servicio de Protección de Menores de Santa Cruz de Tenerife y otra funcionaria del mismo departamento; el mismo D. Carlos Esquivel que, junto al ínclito ex Director General del Menor y la Familia, D. José Luís Arregui, denunció a doña Soledad Perera en el Juzgado de La Orotava. Y de acusada, la persona que más quiso a PIEDAD, la que ha luchado por ella hasta el punto de arriesgarse a entrar en prisión, la que le ha dado el único espacio – tiempo de estabilidad y felicidad; la que nunca consentiría, si en su mano estuviera, tener a la niña en un centro de menores, con la conformidad que la tiene la madre biológica hasta el punto de decir que su hija “en el centro vive bien” (La Provincia, 19/02/2009)

  Y ahora vienen ustedes y se confiesan públicamente en un medio de comunicación (La Provincia del día 19) aireando que no hay nada que hacer con la madre biológica, que no tiene habilidades para cuidar a una hija, que vive para que las administraciones estén a su servicio, que está muy conforme con que la niña siga en el centro de menores… Es decir, dándonos la razón a quienes venimos diciendo lo mismo y les censuramos lo que hacen con la niña, en el sentido de que ustedes bajo la pretensión de que actúan bajo órdenes judiciales han estado imponiendo que PIEDAD no salga de la situación de inestabilidad, en manos de alguien que carece de habilidades, que además es la responsable de que haya vuelto a un centro de acogida. Y a pesar de todo no se les ha ocurrido, después de cuatro meses así, emitir una resolución de desamparo y arreglar las cosas para que la niña vuelva a conectar con la familia de La Orotava, que es la única alternativa de normalidad y felicidad que tiene en su horizonte.

 Vamos a ver si nos entendemos. Efectivamente hay una orden judicial para que PIEDAD sea ingresada en un centro de menores y ustedes la ingresan. En ese aspecto todo correcto, aunque evidentemente fue un hecho alarmante, contrario a los intereses de la menor, pero ustedes la ingresan porque toda una Sala de la Audiencia Provincial de Las Palmas lo ordena y punto. Pero, a partir de ahí, la Audiencia Provincial y el Juzgado de Familia dejan en manos de ustedes la responsabilidad del proceso. Es decir, no le imponen a ustedes que PIEDAD tenga que irse a vivir con la madre biológica sea como sea, sino de acuerdo a un proceso adaptativo en el que quede garantizada la estabilidad, la normalidad y la integración afectiva de la niña.

  Miren, en este país se producen no pocas resoluciones de imposible ejecución de sentencias que ordenan el cambio de titularidad de un menor y, eso, en ocasiones, por la intervención de la Entidad Pública que es la que informa al juzgado correspondiente de las circunstancias o de los riesgos que lo desaconsejan o lo hacen inviable. Evidentemente, si ustedes han visto o lo han trabajado de tal modo que la integración de PIEDAD con la madre biológica se produjo con absoluta normalidad, y se alcanzaron los objetivos de autonomía y estabilidad… nada que objetar, pues coincide plenamente lo querido por el juzgador y lo conseguido por el brazo ejecutor. Pero eso no ha sido así y ustedes lo saben perfectamente, y, además, lo acaban de puntualizar en el diario La Provincia. En otras palabras: PIEDAD ha regresado con su madre sin que se haya cumplido ninguno de los parámetros de normalidad del objetivo perseguido. Y saben también, lo mismo que lo sabemos nosotros, que ustedes presionaron echando toda la carne en el asador haciéndole un traje a medida al proceso seguido con PIEDAD para que pudiera encajar con la madre y sacudirse las manos, puenteando a quien hiciera falta con tal de que la cúpula de menores de Santa Cruz de Tenerife no tuviese obstáculo alguno en el cumplimiento de lo ordenado. Y ustedes le dijeron a la jueza de familia que la integración había sido altamente satisfactoria, que había sido una maravilla, cuando sabían que no era así, pero era lo que había que vender en aquel momento, queriendo desacreditar a quienes veíamos “gato encerrado” en tanto silencio, opacidad y puenteo. ¿Puenteo? Pues sí. Primero con el Cabildo de Santa Cruz de Tenerife, al intervenir directamente ustedes con la Casa Cuna, que nunca había visto nada igual. Puentearon después a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Las Palmas cuando le dieron la niña a la madre (lo cuenta la jueza en su resolución de ejecución de Febrero de 2008) Y, por último, han puenteado al Cabildo de Gran Canaria, tratando directamente el asunto PIEDAD con el centro de menores donde actualmente reside. A lo que se ve, señora Consejera, la cúpula de Menores en Santa Cruz de Tenerife es una experta en puenteos.

  Y si decimos que, una vez que el juzgador les entrega la protección y el cuidado de la niña, deja en sus manos todo el proceso y a expensas de los técnicos de “Menores” la propuesta de ejecución que finalmente se haya de adoptar…  decimos también que una vez que la menor es entregada a la parte biológica y ejecutada la sentencia, corresponde al servicio de Protección del Menor, en atribución de competencias, adoptar las medidas que considere oportuno siempre en su beneficio si se dan condiciones negativas. Y si la medida consistiera en considerar que la integración de la niña no estaba siendo factible, máxime en el supuesto de que además la propia madre va y la entrega para que esté en un centro de menores, pues entonces, lo que cabe a la Entidad Pública es hacer ejercicio de responsabilidad, ponerse al servicio de la protección de la niña y adoptar la correspondiente medida. Nunca como lo están haciendo ustedes. Es decir, acudir una y otra vez al recurso a que hay una decisión judicial por medio que no les deja maniobra. Eso no es verdad. Y ustedes lo saben perfectamente.

  Si PIEDAD es una niña que sufre maltrato institucional no le echen toda la culpa a los jueces y a los fiscales, que sin duda tienen buena parte de ella, porque ustedes también son responsables. Lo son desde el momento en que la niña es puesta en sus manos. Y lo son desde el momento en que fue entregada a la madre. Quiero decir, que venir ahora con la cantinela de que si han tenido que soportar a una madre sin habilidades, a una señora que sólo quiere vivir a cuenta de las administraciones, a una señora que no sabe cuidar de su hija, a una señora que hay que llevarle la niña al colegio, a una señora que está encantada de que la niña viva en un centro de menores…. ha sido porque hay una decisión por encima, es de una falacia y  es de una manipulación de campeonato, porque es absolutamente falso.

  Mire, usted. Los jueces y los fiscales han sido los responsables hasta donde les toque serlo y habrá que pedirles cuentas. Pero no intenten escaquearse ustedes de la suya, porque la de ustedes es de libro. Y si la niña PIEDAD ha sufrido una regresión en su evolución afectiva, psicológica, madurativa… que sin duda la ha sufrido, ustedes son una de las causas  e importante; y son ustedes quienes habiendo podido intervenir para desviarla de la pendiente no lo han hecho, limitándose en todo momento a repetir que si han maltratado institucionalmente a la menor y no han cortado esa espiral de inconsecuencia e insensatez, es porque los jueces se lo impiden.

 Y ahora les toca ponerse a andar cabeza abajo para esa perfecta escenificación del mundo al revés. Porque ustedes van a participar activamente como testigos de cargo contra Doña Soledad Perera, por medio de don Carlos Esquivel, Jefe de Servicio de Protección de Menores de Santa Cruz de Tenerife, y de una funcionaria de su equipo, responsables en buena medida de la desgracia de PIEDAD. Allí estarán ¡Que vergüenza!  en el juzgado nº 1 de los penal de Las Palmas de Gran Canaria el día 26. Atiendan a las críticas que les van lloviendo porque se han metido en un buen berenjenal. Especialmente, y en principio, el señor Esquivel, quien más pronto que tarde tendrá que ser cesado, pues sobre él caen las sospechas, las dudas y también las certidumbres de ser el responsable del desaguisado administrativo de PIEDAD; quien, por propios méritos, ha logrado tejer un entramado de surrealista protección sobre la niña de tal calibre que la pobre ha dado con sus huesos en un centro de menores.

  Málaga, 19 de Febrero 2009.