PIEDAD
YA NO RECIBE VISITAS DE SU MADRE. SE HA ROTO LA CONDICIÓN POR LA CUAL DEBE
SEGUIR INTERNADA EN UN CENTRO DE PROTECCIÓN.
La
espiral de despropósitos y fracasos de las instituciones continúa en torno a
la niña “Piedad”, y ahora lo protagoniza la noticia de la ruptura de
comunicaciones con su madre biológica, que ya no va a verla debido al deterioro
personal y social que padece, lo que agrava su anterior condición de
incapacidad para tenerla consigo, finalizando una relación que parece
irreversible.
El
Juzgado de Familia nº 3 de la capital grancanaria había decidido en noviembre
2010 desestimar el cese del desamparo institucional que solicitaba la letrada de
la madre biológica, decidiendo asimismo que la niña continuara en el centro de
protección, permitiendo las visitas de la madre por el vínculo afectivo
existente entre ambas.
En
la práctica eso significaba convertir a Piedad en cautiva y rehén a cuenta de
un vínculo que expertos consideran desnaturalizado y pernicioso si no se
desenvuelve inmerso en un intercambio comunicativo entre padres e hijos de carácter
positivo y beneficioso para la estabilidad y crecimiento madurativo del menor,
que no es el caso de Piedad, en cuanto que, además, los propios informes
reconocían desajustes en su evolución afectiva y emocional, sobre todo en la
expresión de sentimientos de carácter negativo, estableciendo con su madre
“un vínculo emocional” que no era sano, entre otras razones, porque Piedad
ha terminado por asumir un “rol protector” que no le corresponde a su edad.
Esa
decisión de perpetuarla en un centro de protección condicionándola a un vínculo
afectivo con una persona con la que no puede convivir ni relacionarse, e
impedirle otras alternativas, fue una vuelta de tuerca más en el encadenamiento
de atropellos y vulneración de derechos de la niña, quien, con cerca de 10 años
de edad, es el dedo acusador de un sistema donde se lleva la palma el Gobierno
de Canarias, negado a cal y canto a romper el maleficio que se ha hecho caer
sobre la menor, y a no dejarla remontar el vuelo para que vuelva a contactar con
la gente de La Orotava.
Ahora
a Piedad no le queda más recurso en la familia biológica que una abuela que se
ha desentendido, que hace dos años y medio echó de su casa a la niña con su
madre, que, desde entonces, con evidentes muestras de que no quiere a su nieta,
no se ha vuelto a interesar ni preguntar por ella, que tiene a su propia hija
mendigando por la calle, y que no hay vínculo afectivo entre ella y Piedad.
¿Qué
va a hacer la Dirección General de Protección del Menor y la Familia? ¿Empujará
a la abuela a sustituir a la madre en las visitas, creándole un nuevo problema
a Piedad? ¿Es que no es suficiente el rosario de cambios, desestabilización y
frustraciones que le están haciendo sufrir desde aquel desgraciado 10 de mayo
2007 al sacarla de La Orotava?
¡
PIEDAD A LA OROTAVA, QUE ES DONDE TIENE QUE ESTAR ¡
Por
su parte, Prodeni, se ha puesto en contacto con la Fiscal de Sala Coordinadora
del Menor de la F. G. E., Consuelo Madrigal, trasladando petición para que se
inste a la Fiscalía canaria a intervenir facilitando a Piedad contactos con La
Orotava, y que la ayuden a recuperar su memoria afectiva, única salida digna y
viable pensando en su presente y en su futuro.
Recientemente
de la Fiscalía General del Estado se comunicó a Prodeni que la Fiscalía de
Canarias había dispuesto llevar a cabo un seguimiento permanente sobre Piedad,
con disposición de ir “barajando cuantas posibilidades permita la
legalidad vigente para adoptar la decisión más adecuada a su supremo interés”.
El sentido común de la inmensa mayoría lo tiene muy claro: El supremo interés
de Piedad es que vuelva a La Orotava.
Escrito
a la Fiscalía General del Estado sobre el caso Piedad (31-03-2011)
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