Periciales forenses bajo sospecha
Un juzgado de Tenerife
investiga a un psicólogo por usar pruebas no
homologadas para valorar a víctimas e imputados de
violencia de género
Reyes Rincón Madrid
14 NOV 2014

Uno de los afectados que denuncia los informes del psicólogo
Enrique Armas. /
PEDRO PERIS
Clemente, que trabaja en unos juzgados, no encontró nada
raro en la prueba psicológica a la que se sometió en marzo
de 2010 tras una denuncia de malos tratos. Sin embargo, los
resultados sí que le sorprendieron y los estudió con otros
psicólogos judiciales. “Vieron un desajuste que no era
normal”, asegura. Hace unos meses se enteró por casualidad
de que Enrique Armas, el jefe del equipo psicológico que se
encargó de su caso, estaba siendo investigado por un juzgado
de Tenerife y contactó con la plataforma de afectados que
había presentado la querella. “Yo había visto que el informe
y el resultado eran raros, pero no sabía que hubiera algo
denunciable”, cuenta.
Un
juzgado investiga si el psicólogo ha aplicado pruebas no
homologadas a más de 425 pacientes remitidos por los
juzgados de Santa Cruz de Tenerife. Si lo jueces consideran
que ha actuado mal, las sentencias derivadas de ese casi
medio millar de casos podrían tener que revisadas.
El juzgado de
Instrucción 4 de San Cristóbal de La Laguna archivó el caso
en primera instancia, pero la Audiencia Provincial de Santa
Cruz de Tenerife ordenó en julio reabrirlo y tomar
declaración al psicólogo al entender que puede haber
indicios de alguno de los delitos por los que está
denunciado: falsedad de documento público, falso testimonio,
uso de información privilegiada de funcionario público y
prevaricación. Según fuentes judiciales, la declaración aún
no se ha producido. Al margen de la investigación abierta en
Canarias, un juzgado de Gerona imputó este año a Armas por
otra denuncia recibida después de que el psicólogo
presentara los resultados de sus pruebas durante el
IX Congreso Español de Criminología celebrado en 2012 en
la ciudad catalana.
La mayoría de los
denunciantes han sido pacientes de Armas como víctimas o
imputados de los Juzgados de Violencia de Género de Santa
Cruz, para los que el psicólogo trabajaba desde la Unidad de
Valoración Integral Forense. Armas hace también informes
para casos de custodias de menores en el norte de Tenerife,
La Palma, La Gomera y El Hierro. Según la denuncia de los
afectados, Armas, que hace trabajos de investigación en la
Universidad de la Laguna, utiliza en sus periciales
cuestionarios que no están publicados en la bibliografía
forense, ni homologados como instrumentos de valoración. El
psicólogo elaboraba supuestamente sus propios test como
parte de una investigación particular para la que ha estado
utilizando a los pacientes que le remitía el juzgado y de la
que nunca informó ni a los afectados ni a los jueces. “Nos
ha usado como cobayas”, se queja Carlos (nombre ficticio),
uno de los pacientes que se ha sumado a la Plataforma de las
Buenas Prácticas Forenses que presentó la denuncia y que ha
reunido ya a 23 afectados. Carlos está convencido de que el
informe que le hizo Armas y que le describía como a un
“psicópata” no se correspondía con la realidad y le ha
perjudicado en su juicio de divorcio.
A la consulta de la
psicóloga Asunción Lorenzo llegó hace un tiempo un paciente
evaluado por Armas. “Nada más ver la prueba me di cuenta de
que era una barbaridad”, afirma Lorenzo, que explica que los
test que se emplean para evaluar conductas o circunstancias
emocionales tienen que atenerse a pruebas homologadas. “Él
emplea la denominación de una prueba homologada pero el test
que hace no se corresponde con el real. Por ejemplo, en vez
de 75 ítems, plantea 63 y luego mete otra parte de una
prueba distinta”, explica Lorenzo. “Eso es un despropósito.
Las pruebas son un bloque, no se pueden extraer ni añadir
partes de cuestionarios distintos”, sostiene. Según esta
psicóloga, los cambios de Armas pueden alterar “de forma
radical” el resultado de la prueba. “Es muy grave, de esos
informes puede depender que una persona vaya o no a prisión
o que se retire una custodia”, recalca la psicóloga.
Este periódico ha
intentado sin éxito ponerse en contacto con el psicólogo
denunciado, que sigue trabajando para los juzgados de
Tenerife, aunque ya no emplea los test supuestamente
manipulados. Según ha contado el propio Armas en charlas que
ha impartido para explicar sus investigaciones, estas
pruebas no homologadas se han aplicado sobre más de 425
pacientes remitidos por los juzgados. “Cada una de esas
sentencias debería ser revisada si el juez admite que el
psicólogo actuó mal”, advierte Lorenzo.
Juan Jorge Pérez,
decano del
Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife,
coincide en que la forma de actuar de Armas invalida sus
pruebas. “Su manipulación anula el informe. Incorporar
cualquier variedad creativa anula un informe. No se puede
jugar con los pacientes”, señala. “A lo mejor la herramienta
que usa es buena, pero si no está homologada, no vale”,
afirma el decano.
El colegio de
psicólogos ha recibido en los últimos años varias quejas
sobre Armas, pero la mayoría se cerraron sin consecuencias.
Sin embargo, tras una de ellas sí apreció prácticas
irregulares y el comité deontológico le suspendió durante
seis meses. Pero Armas se dio de baja en el colegio y siguió
trabajando aprovechando que la legislación canaria no obliga
a estar colegiado a los psicólogos que trabajan para los
juzgados cuando el destinatario de los servicios que prestan
sea la Administración.
El Gobierno de
Canarias, del que depende el
Instituto de Medicina Legal para el que trabaja el
forense, no ha querido valorar la situación de psicólogo.
“Se trata de un empleado público y tiene unos derechos
conferidos por ley que hay que respetar mientras no haya
sentencias judiciales que especifiquen lo contrario”, señala
un portavoz del Gobierno.
Denuncia en
Barcelona
Los informes
periciales que realizan los psicólogos adscritos a los
juzgados suelen ser determinantes para la resolución
judicial. Por eso, cualquier indicio de manipulación se
convierte en un peligro potencial para que el dictamen sea
justo. El Juzgado de Instrucción 17 de Barcelona investiga
una denuncia de un particular en la que se relatan
supuestas manipulaciones de periciales por parte de
psicólogos que trabajan en los juzgados de esa ciudad.
Supuestamente, estos
profesionales tendrían también despacho privado al que
aparentemente desvían casos que les llegan desde sus
puestos en la Administración. Además, según la denuncia,
estos profesionales llegan a adaptar los resultados a los
intereses del cliente.
Los
psicólogos a los que apunta la denuncia firman
habitualmente informes sobre custodias de menores,
incapacitaciones e incluso periciales de acusados en casos
penales para los que estos dictámenes pueden suponer el
ingreso o no en prisión. En la denuncia se han aportado
grabaciones en las que, supuestamente, algunos de los
implicados explican en reuniones informales cómo mezclan
el trabajo que hacen para los juzgados con el de sus
propios despachos.