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Siete características de los padres que tienen hijos exitosos
Todos los progenitores
quieren que sus vástagos crezcan felices. Estos son algunos de los rasgos que
poseen los padres modelo
No existe una fórmula
para ser un padre perfecto y
sería demasiado pretencioso que ahora nosotros te propusiéramos una. Con todo,
diferentes investigaciones llevadas a cabo en el campo de la psicología han
demostrado que sí existen algunos condicionantes que pueden favorecer el futuro
éxito en la vida de los más pequeños.
Siguiendo
los resultados de algunos de estos trabajos, te presentamos siete
particularidades, comúnmente aceptadas, propias de aquellos padres que
consiguen que sus hijos alcancen
las metas que se
proponen y tengan más confianza en sí mismos.
1. Les hacen participar en casa
"Si los
niños no lavan los platos, alguien lo tendrá que hacer por ellos". Son
palabras de Julie
Lythcott-Haims, experta en educación y autora del libro 'How
to Raise an Adult' a la que dedicamos en su momento un artículo.

Lo que tienen en común todos los padres que dan una buena educación a sus
hijos
Raquel Márquez
¿Cuál es la clave para que nuestros hijos esquiven las grandes
dificultades de la vida y se conviertan en adultos satisfechos?
Colaborar en las labores de
casa hace que los niños se muestren más colaborativos,
más empáticos
e independientes.
Según esta escritora, que los pequeños lleven a cabo actividades tan simples
como tirar la basura u organizar su cuarto les hace aprender que "hay que
trabajar en la vida para ser parte de la vida".
2. Enseñan a sus hijos habilidades sociales
Existe un
gran prejuicio por el que se cree que ciertas destrezas sociales son
inherentes a la persona y no se pueden adquirir. Varios trabajos inciden,
sin embargo, en la importancia que tiene el desarrollo de la inteligencia
emocional desde la más
tierna infancia. Según una investigación realizada
por las universidades de Duke y de Pensilvania, que siguieron la trayectoria
de 700 niños desde el jardín de infancia hasta los veinticinco años, existe
una relación directa entre las habilidades sociales que los niños
demostraron en esta etapa prematura y el éxito que llegaban a alcanzar como
adultos dos décadas más tarde.
Los niños que viven con un solo padre sin conflictos tienen más éxito que
los que crecen en una familia convencional llena de disputas
Aquellos
pequeños que se mostraban más cooperativos, más empáticos y más resolutivos
eran más propensos a finalizar la universidad y obtenían con más facilidad
un trabajo a tiempo completo. Por el contrario, los que disponían de menores
detrezas tenían más posibilidades de acabar en el alcoholismo y
en la delincuencia.
3. Tienen grandes expectativas
"Los padres
que proyectan una educación universitaria en la vida de sus hijos
(independientemente de sus salarios, así como de otros condicionantes) hacen
que estos tengan más probabilidades de dirigir sus trayectorias hacia esa
meta". Es lo que asegura Neal
Halfon, profesor de la Universidad de California en Los Angeles.

(iStock)
Junto con su grupo de
investigación, Halfon concluye en un estudio (realizado
sobre una muestra de 6.600 niños nacidos en el año 2001) que las expectativas de
los padres tienen un efecto inmediato que condiciona irremediablemente su
comportamiento.
4. Las madres son universitarias y trabajan
Según un trabajo desarrollado
por la Universidad de Michigan en el 2014, la madres que poseían un diploma
superior solían tener vástagos que acababan con el mismo
nivel de formación que
ellas. Por el contrario, los hijos de mujeres que habían sido madres en edad
adolescente eran menos propensos a finalizar la educación secundaria y a
matricularse en la universidad.
Los niños a los que se les inculca que sus éxitos provienen de habilidades
innatas tienden a desarrollar una mentalidad menos flexible
El factor
trabajo juega también un papel de gran relevancia en el rol materno. Las
hijas de madres que habían desarrollado una actividad profesional fuera de
casa alcanzaban puestos de más responsabilidad y ganaban más dinero que
aquellas cuyas progenitoras decidieron (o se vieron obligadas) a ejercer de
amas de casa. Por lo menos eso es lo que afirma unainvestigación elaborada
por la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.
5. Desarrollan relaciones saludables con sus
hijos
El hecho de
que una pareja esté divorciada no parece fundamental para el futuro éxito de
los más pequeños. Según Robert
Hughes Jr., Jefe del Departamento de Desarrollo Humano y
Comunitario de la Universidad de Illinois, los niños que crecieron con un
solo progenitor en un ambiente no conflictivo alcanzaban mayores logros que
aquellos que pasaron su infancia en un matrimonio convencional, pero lleno
de disputas.

(iStock)
El desarrollo
afectivo durante los
primeros años de vida resulta también vital para que los niños adquieran
confianza y se atrevan a explorar el mundo. En este sentido, está demostrado que
los padres con altos niveles de estrés provocan a veces un contagio emocional
nada beneficioso.
6. Les enseñan matemáticas
"Tener
destrezas matemáticas en edad prematura no solo ayuda a desarrollar esta
habiilidad, tiene también consecuencias sobre la comprensión lectora". Es lo
que asevera Greg
Duncan, investigador de la Northwestern University.
Los niños
que llegan a las escuela sabiendo las nociones más elementales de esta
ciencia demuestran pasar
posteriormente muchas menos dificultades a
la hora de afrontar la materia.
7. Potencian el esfuerzo
Fundamental para los pequeños es entender de dónde proviene el éxito. Carol
Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, indica que
los niños se enfrentan a este hecho de dos maneras: huyendo del error a toda
costa como una forma de demostrar que se es inteligente o habilidoso, o
utilizando el error como una posibilidad para ir desarrollando un potencial.
Los niños a los que se les inculca que sus éxitos provienen de habilidades
innatas tienden a madurar con una mentalidad menos flexible, mientras que
los que crecen valorando los fallos y el esfuerzo desarrollan una
personalidad tendente al crecimiento personal.
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