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Matemática para bebés: ¿qué saben de números los recién nacidos?
Una de las mayores incógnitas en torno al ser humano
es cuántos de nuestros conocimientos y habilidades son innatos y cuántos
aprendidos
Diversos estudios han demostrado que los bebés,
incluso desde las primeras horas de vida, cuentan con una rudimentaria
comprensión numérica
Los niños que demuestran una mayor comprensión a los
seis meses de vida y tienen un mejor desempeño con pruebas simples tres años
después
Cristian Vázquez
26/09/2017

Imagen: Thomas Eakins
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Las preguntas en torno a cuánto
de nuestro conocimiento es innato y cuánto es adquirido con el tiempo a
través de la educación y la cultura, constituyen uno de los enigmas que más han
quitado el sueño desde siempre a los investigadores y científicos. Por ello,
estos realizan experiencias con bebés, incluso muy pequeños, en busca de
descubrir señales que les permitan determinar, precisamente, qué y cuánto saben.
Un trabajo reciente sugiere que los niños llegan al mundo ya con una cierta idea
de cómo funcionan los números.
El estudio
realizado por investigadores de las universidades de Padua y Trento,
Italia, señala que los recién nacidos asocian
de manera espontánea los números más pequeños con el lado izquierdo
y los más grandes con el lado derecho. Es decir, el mismo ordenamiento de la
llamada línea numérica mental humana, la imagen visual que tenemos de la
escala numérica y en la cual los números aumentan de izquierda a derecha.
Por supuesto, esa es también la orientación de la
escritura en el mundo occidental. El hecho de que los 24 bebés analizados
tuvieran una edad promedio de 51 horas (es decir, poco más de dos días)
lleva a pensar que escribir tanto textos
como números en ese orden no es algo culturaly aprendido, sino que
formaría parte del bagaje con el cual nacemos.
Predisposición a ubicar los números en el espacio
¿Cómo se pueden conocer estas
asociaciones mentales y matemáticas en bebés tan pequeños? Siempre que
realizan esta clase de pruebas con bebés, lo que hacen los científicos es
analizar losmovimientos oculares de los niños,
a partir de la base de que dirigen y sostienen la mirada ante los sucesos que
les resultan más novedosos e interesantes.
En este caso, el procedimiento fue bastante simple.
Durante un cierto tiempo, se mostró a los bebés una tarjeta en la cual se
veían dos cuadrados blancos, y dentro de cada uno de ellos, cuatro cuadrados
negros. Después de eso, y durante el mismo lapso de tiempo, se les mostró
una tarjeta similar, pero con 36 cuadrados negros dentro de cada cuadrado
blanco. El dispositivo de rastreo ocular permitió
advertir que, expuestos a un número menor de figuras negras, los niños
miraban con mayor frecuencia a la izquierda, y expuestos a un número mayor,
a la derecha.
"Esta evidencia demuestra que existe unapredisposición
a ubicar los números en el espacio, la cual forma parte de los
sistemas neuronales humanos", afirma el estudio, publicado en julio en la
web especializada bioRxiv.
Los investigadores destacan que es, además, un desafío: "Es un punto de
partida -escribieron- para desentrañar el papel y el peso relativos de los
factores biológicos y culturales que determinan la orientación de la línea
numérica mental humana".
Comprensión numérica a los seis meses de vida
Muchos trabajos anteriores ya habían indagado en el conocimiento
matemático innato de los bebés. Unestudio
realizado por expertos del Instituto para las Ciencias Cerebrales de Duke,
Estados Unidos, y publicado en 2013 en la revista Proceedings of the National
Academy of Sciences, se basó en la "rudimentaria comprensión numérica" con la
que cuentan los niños pequeños desde mucho antes de aprender a contar o a
distinguir el nombre de los números. Y detectó que, a
la edad de seis meses, algunos bebés tienen una mayor capacidad para
distinguir las diferencias entre grupos más numerosos de objetos en relación con
otros grupos menos numerosos.
Para eso, recurrieron también a la mirada de los
bebés. Les mostraron dos pantallas con figuras. En una de las pantallas, el
número de figuras permanecía constante, mientras que en el otro se
modificaba. Algunos bebés preferían
observar durante más tiempo la imagen cambiante, de lo cual los
científicos concluyeron que tenían una mayor capacidad para distinguir los
valores numéricos diferentes. Los otros niños, en cambio, observaron durante
un periodo similar ambas imágenes.
Foto: Alex1ruff
Tres años después se realizó la
segunda parte del experimento. Los mismos niños fueron sometidos a una
serie de pruebas matemáticas, en las cuales los niños que habían preferido las
pantallas con imágenes cambiantes desarrollaron un rendimiento superior. En
palabras de Ariel Starr, uno de los directores del trabajo, tales niños
mostraron "un mejor sentido numérico primitivo" que los demás.
Por lo tanto, ese "sentido
numérico infantil"puede predecir en buena medida el desarrollo
posterior de la capacidad matemática simbólica de los niños, tal como lo
enfatizó Elizabeth Brannon, directora principal de la investigación. Y esto
sería debido a que, al incorporar conceptos abstractos como los símbolos y
los nombres de los números, los niños lo harían sobre la base de las
representaciones preverbales con las que cuentan desde sus primeros meses de
vida.
Bebés que ya advierten operaciones aritméticas
simples
Estudios anteriores, desarrollados en el mismo sentido,
permitieron comprobar otras habilidades de los bebés a los seis meses de vida.
Algunos de losprimeros
y más relevantes fueron liderados por Prentice Starkey, experto de la
Universidad de California, Estados Unidos, desde finales de la década de 1970.
Así se comprobó que los bebés son capaces de reconocer la diferencia entre
conjuntos de dos o tres objetos, por un lado, y de grupos con cantidades mayores
siempre que se cumpla una relación de 2 a 1 (es
decir, que uno de los grupos sea de 5 elementos y otro de 10, pero no si uno
tiene 8 y el otro 10).
Por otra parte, a esa misma y tan
temprana edad, los niños tienen ya la
capacidad de advertir operaciones aritméticas simples: entienden
que si a un grupo de objetos se añaden o se quitan elementos, la cantidad
final de objetos será diferente de la inicial. A esas conclusiones llegó un
estudio realizado por la estadounidense Karen Wynn y publicado en la
revista Nature en 1992, así como un
trabajo de otros científicos, también de la Universidad de California,
difundido en el año 2000.
En todos estos casos, la cuestión de
fondo -si los conocimientos son innatos o adquiridos- sigue sin respuesta.
Incluso en los bebés cuyo tiempo de vida se cuenta en horas, los
especialistas advierten quepueden haber
recibido influencia externa y que, si la misma prueba realizada en
Italia se llevara a cabo en un país donde la escritura se realice de derecha
a izquierda (como en Israel o en los países árabes), los resultados podrían
ser diferentes.
Más allá de todo lo que aún queda por saber, lo que
estos trabajos vienen a refrendar es la certeza de que los bebés, además de
aprender muy rápidamente, lo hacen desde
bien pronto en sus vidas. De lo cual se desprende que los estímulos
para el desarrollo cognitivo y emocional del niño son esenciales desde las
primeras horas.
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