El presidente de Vox, Santiago Abascal, y el
presidente del PP, Pablo Casado, conversan tras
finalizar la concentración en la plaza de Colón
de Madrid EFE
Santiago Abascal, presidente de Vox: "Los hijos
no pertenecen a los padres. ¡Claro! Nuestros
hijos pertenecen al Estado, o peor aún: al PSOE
o a Podemos. Pretenden arrebatar a las familias
la patria potestad sobre los hijos. Este es un
gobierno de perturbados y totalitarios".
Falso. Ninguna persona pertenece
a otra y los hijos tampoco son una propiedad: ni
del Estado ni de los padres o madres. Tienen
derechos y también tutores legales que deciden
en su nombre y que, por regla general, son sus
progenitores. Pero ese poder sobre los hijos no
es absoluto, como ocurre con una propiedad. Los
padres no tienen el derecho a tomar cualquier
decisión sobre sus hijos, como si fueran un
sofá.
Pablo Casado, presidente del PP: "Mis hijos son
míos y no va a venir ningún burócrata, ni
comunista, ni socialista a decir cómo tengo que
educarlos".
Falso. Los padres y madres son
los principales responsables de la educación de
sus hijos y así lo hacen, aunque haya quien
erróneamente crea que eso es algo que solo
sucede en el colegio y que se subcontrata por
completo al centro escolar.
La ley educativa en vigor en
España tampoco la decidió ningún "comunista". La
aprobó la mayoría absoluta del PP en 2013, sin
pactarla con ningún otro partido. El "burócrata"
en cuestión que lideró esa reforma unilateral
fue el entonces ministro José Ignacio Wert.
Pablo Casado: "La mayoría sensata de los
españoles, sean de izquierda o de derecha,
quiere decidir sobre la educación de sus hijos".
Y lo hacen, por supuesto. Pero no
como quien elige el menú en un restaurante o un
traje a medida.
Los progenitores participan en la
educación, a través de las asociaciones de
madres y padres de todos los colegios. Y también
con su voto. Porque en todo país avanzado, son
los parlamentos democráticos quienes deciden los
temarios, los métodos educativos y los valores
cívicos a difundir. Unos parlamentos que eligen
los ciudadanos y que toman decisiones en nuestro
nombre, porque hay ámbitos de decisión que solo
se pueden ejercer en sociedad.
Pablo Casado: "El derecho a la educación libre
lo tienen los padres, y eso es lo que queremos
salvaguardar".
Pero ese derecho a decidir sobre
la educación no es absoluto ni unilateral. No
existe la libertad de los padres para pisotear
los derechos del menor, que también los tiene.
Por ejemplo, no existe la libertad de decidir
que tu hijo no vaya al colegio; en España la
escolarización es obligatoria hasta los 16 años.
Tampoco es un derecho pretender que el dinero
público sirva para educar a tus hijos en la
ignorancia, en el racismo, en el machismo o en
la homofobia.
Poco puede hacer el Estado para
evitar que padres machistas, homófobos o
racistas transmitan esas nefastas ideas a sus
hijos. Pero que esos valores antidemocráticos y
contrarios a la Constitución se enseñen en los
colegios públicos no es ni un derecho ni una
opción. Porque la educación pública no es uno de
esos negocios donde el cliente siempre tiene la
razón.
Santiago Abascal: "La enseñanza de juegos
eróticos a niños de 0 a 6 años está cerca de la
corrupción de menores".
Falso. Los "juegos eróticos" de
los que habla el líder de Vox nada tienen que
ver con lo que imagina la retorcida mente de
Abascal. El líder de Vox se refiere a Skolae, un
programa educativo sobre igualdad que se aplica
en Navarra y que ha sido premiado
por la Unesco, a pesar de la
caza de brujas judicial en su contra. "En la
práctica se trata de actividades en las que se
lee, por ejemplo, el libro de 'Ni
un besito a la fuerza', se subraya el
aspecto positivo de conocer el propio cuerpo y
el de los demás desde el respeto, y que la otra
persona tiene derecho a decir que no", explica
Mariam Moreno, una de las coautoras de Skolae.
Fernando López Miras, presidente de Murcia (PP):
"Yo no sé si lo que aplicamos en la Región de
Murcia es exactamente este…. este calificativo
que le ha puesto un partido político".
Por hablar claro de esa asunto
del que usted me está hablando y que tanto le
cuesta verbalizar. Cuando el presidente de
Murcia dice "un partido político" se refiere a
Vox. Y con "este calificativo", se refiere a ese
veto educativo que la extrema derecha llama "pin
parental".
Como explicamos en este
completo artículo: se trata de un papel que
permite a los padres vetar las actividades
externas que cuestionan sus convicciones
morales, ideológicas o religiosas en los
colegios, especialmente en las charlas contra la
homofobia. Aunque no solo. Cualquier tipo de
contenido que vaya contra las creencias de los
progenitores podría impedirse así.
La idea está copiada de otra
batalla cultural similar: la que dieron en
muchas escuelas de EEUU integristas religiosos
que defienden el creacionismo y argumentan que
la evolución es "solo una teoría", contraria a
sus creencias.
Fernando López Miras: "Igual que se puede
estudiar religión, o no, creemos que es bueno
que se pueda optar".
Falso. Porque la religión
católica es una asignatura opcional, por motivos
obvios, pero la formación en igualdad no lo es.
La propia ley Wert, elaborada por el mismo
partido en el que milita el presidente murciano,
lo deja bastante claro. Entre sus objetivos está
"el desarrollo, en la escuela, de los valores
que fomenten la igualdad efectiva entre hombres
y mujeres, así como la prevención de la
violencia de género". Y esta ley, elaborada por
el mismo PP que ahora tolera estas cosas a Vox,
también tiene entre sus fines "la educación en
el respeto de los derechos y libertades
fundamentales, en la igualdad de derechos y
oportunidades entre hombres y mujeres y en la
igualdad de trato y no discriminación de las
personas con discapacidad".
Estos entrecomillados son
literales, y están sacados de la ley. Una ley
conservadora, pero que los defensores del veto
parental, aún más reaccionarios, quieren de
facto suprimir.
Fernando López Miras: "En ningún centro de la
Región de Murcia ni público ni concertado ni
privado se está adoctrinando".
Falso. Y conviene repasar
exactamente qué significa ese verbo: adoctrinar.
Según la RAE: "Enseñar los principios de una
determinada creencia o doctrina, especialmente
con la intención de ganar partidarios".
Claro que hoy existe
adoctrinamiento pagado con dinero público en las
escuelas españolas: en las de Murcia y en todas
las demás. Pero no cuando se habla sobre
igualdad o educación sexual. Es en la clase de
religión: esa materia opcional que la reforma
Wert volvió a incluir como asignatura computable
para la nota media, exactamente igual que Lengua
o Matemáticas.
Fernando López Miras: "Lo estamos haciendo desde
agosto porque fue mi compromiso en la campaña
electoral".
Falso. Murcia está haciendo esto
desde agosto porque lo pidió Vox a cambio de
apoyar la investidura de López Miras. Y porque
el PP y Ciudadanos decidieron aceptar esa
petición.
Fernando López Miras: "El veto parental no tiene
que ver con el acuerdo que firmamos con Vox la
semana pasada".
Falso. Se está hablando de este
tema porque está en el
punto número 1 del acuerdo para la aprobación de
los presupuestos de Murcia, firmado por PP,
Ciudadanos y Vox la pasada semana.
Fernando López Miras: "Es una instrucción que se
firmó en agosto. ¡En agosto! (...) "Es una
cortina de humo para tapar los escándalos que
afectan al Gobierno central, como el caso de
designar como fiscal general del Estado a una
diputada del PSOE"
Falso. El acuerdo de presupuestos
es del 19 de enero e incluye un paso más
respecto a la instrucción que el gobierno
murciano difundió en agosto entre los colegios.
Esa instrucción que dio el
Gobierno murciano en agosto no es de obligado
cumplimiento: los colegios públicos tienen
cierta autonomía y pueden optar por obedecerla o
no. Pero ha sido ahora, y no en agosto, cuando
el PP se ha comprometido en el acuerdo
presupuestario a dar un paso más, para agradar a
Vox. La extrema derecha quiere que esta
instrucción se convierta en un decreto del
gobierno murciano, y que todos los colegios la
tengan que cumplir. Y el PP murciano se ha
comprometido a cumplir.
Rocío Monasterio (Vox): "Que den contenidos
estrictamente científicos y académicos y dejen
aquellos asuntos que van en contra de las
convicciones de los padres fuera de los
colegios, y que sea una clase opcional".
Falso. Porque la igualdad entre
hombres y mujeres no es una ‘convicción’: es un
derecho constitucional. Y que la identidad de
género no siempre coincide con tu sexo biológico
tampoco es un convicción: es una realidad
científicamente demostrada, por mucho que
algunos ignorantes crean que es un pecado, una
perversión o una enfermedad que se puede curar.
Lo que Vox pretende es combatir
esa realidad científica, y que sus prejuicios
puedan ser considerados ideas tan respetables
como las demás. Y no lo son. El machismo, el
racismo o la homofobia no son ‘convicciones’
tolerables, menos aún en la educación.
Vox (desde su cuenta de Twitter): "Lo que no
soportamos es que os metáis en nuestra casa y
nos digáis cómo tenemos que vivir y cómo tenemos
que educar a nuestros hijos. Y menos que con
dinero público promováis la pederastia"
Falso. Una mentira tan evidente y
calumniosa que Twitter
ha bloqueado la cuenta de Vox en esta red
social. Con razón.
Santiago Abascal: "Estáis pisoteando el derecho
a la libertad de educación. Pretendéis moldear a
los niños con vuestras chaladuras y
sectarismos".
Y eso es, en sus propias
palabras, lo que está intentando Vox: pisotear
la educación y moldear a los niños con sus
chaladuras y sectarismos.