http://www.diariosur.es/malaga-capital/201610/09/ceip-biznaga-cole-donde-20161009222505.html
CEIP La Biznaga, un cole donde se respira
libertad (Málaga capital)
El centro de la barriada de La Mosca, incluido
entre los siete más innovadores de España
Estuvo a punto de cerrar por falta de alumnos,
y ahora llegan desde Sevilla. César Bona le dedica un capítulo en su
libro ‘Las escuelas que cambian el mundo’
Niños y niñas de distintas edades, en el
‘bibliopatio’ del colegio, leyendo durante la hora del recreo. / Ñito
Salas
Francisco Gutiérrez | @pacogutiSUR
10 octubre 2016
Llega la hora del recreo y los niños y niñas
del CEIP La Biznaga salen de manera ordenada al patio. Llama la
atención que no hay carreras, ni gritos. En el patio hay niños desde 3
a 12 años, todos juntos, mezclados. Es una de las cosas que más le
gustan a Javi, alumno de sexto de Primaria: «Aquí nos conocemos
todos», dice. Pero él no está, como sus compañeros, jugando en el
patio. Con Luciano está en el jardín «reflexionando». Los acompaña la
profesora Suca Martínez. Han hablado «más de la cuenta» en clase y les
toca reflexionar sobre su comportamiento. Algo que valora
especialmente Manuel, alumno llegado de Sevilla: «Aquí no hay
castigos, si haces algo mal, te ponen a reflexionar sobre lo que has
hecho», dice.
Pero Luciano y Javi no son los únicos que están
en este rincón reconvertido en sala de lectura al aire libre, con
bancos y mesa reciclados. Candela Santos, una niña de 8 años, prefiere
coger un libro y ponerse a leer, acariciada por los rayos de sol de
una cálida mañana otoñal. «Es una de nuestras grandes lectoras»,
reconoce la profesora. Ahora está con ‘Querido estupidiario’, pero
asegura con orgullo que en algunos casos se ha leído un libro «en un
solo día». Candela vive en Rincón, y cada día sus padres tienen que
traerla al colegio. Pero, «aunque tuviera que hacer mil kilómetros, no
cambiaría de cole», dice ella con seguridad.
Otros niños siguen en clase, los hay que se acercan al telar para
tejer o visitan el huerto escolar. En el colegio La Biznaga se respira
libertad. Algo que agradecen los niños y hace crecer este proyecto
pedagógico.
A punto de cerrar
La labor callada y eficiente del equipo que dirige María José Parages
está dando unos resultados espectaculares. Hace unos años apenas
llegaban al medio centenar de alumnos. De hecho, el colegio estuvo a
punto de cerrar. «En junio cerramos con 170 matrículas, y a día de hoy
ya vamos por 190», dice la directora. El colegio tiene una sola línea,
es decir, un grupo de alumnos para cada nivel, desde Infantil de 3
años a sexto de Primaria. Esto hace también mucho más fácil el
trabajo, con los niños y con la familia. Todos forman una gran
comunidad de aprendizaje en la que, literalmente, tiene cabida hasta
el gato. Bueno, dos, gato y gata, Black y Tigresa, que merodean por el
huerto. Como los niños y niñas, con total libertad.
/ Ñito
Salas
Encaramado en una suave loma, hay unas vistas privilegiadas sobre la
ciudad y la bahía. Al otro lado, los montes de Málaga. Esta situación
de relativo aislamiento ha jugado a favor de este innovador proyecto
educativo, que hunde sus raíces en el Proyecto Roma, que dirige Miguel
López Melero, catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la
UMA, y que tiene como principios básicos la democracia en el centro,
el respeto y la autonomía personal o el aprendizaje compartido y, por
supuesto, como escuela inclusiva. Principios que le ha permitido
avanzar, sin pausa, pero firmemente.
Este aislamiento, incluso las dificultades de acceso, no han impedido
que el proyecto se haya ido conociendo por distintos puntos de la
provincia y de fuera de Málaga. Aquí llegan cada mañana niños de la
capital, pero también de Torremolinos, Antequera, Rincón o Torrox.
Manuel, sevillano, es nuevo este curso. Vive en Málaga con sus tíos.
En el colegio de Sevilla empezó a tener problemas y los padres,
conociendo la metodología de La Biznaga, han preferido la separación
antes que agravar los problemas. Manuel, en pocas semanas, parece otro
niño. «Se le ve muy feliz», dice María José. Una frase que repite
varias veces, con gran satisfacción, y que se ve refleja en el rostro
de los niños y niñas.
En La Biznaga todas las decisiones se toman en asambleas, tras el
diálogo y consenso del alumnado
El CEIP La Biznaga ha visto reconocido este trabajo y desde hace poco
es una de las siete españolas incluidas en la red ‘Escuelas
Changemaker’ por Ashoka España, una red internacional de emprendedores
sociales. Y César Bona, el único español que ha participado en el
‘Global Teacher Prize’, una especie de premio Nobel para los
profesores, le dedica un capítulo en su nuevo libro ‘Las escuelas que
cambian el mundo’, que presenta este lunes (Casa del Libro, 19 horas).
La democracia es la esencia del colegio. El alumnado toma las
decisiones, por consenso. No hace falta votar. Se habla, se defienden
distintas posturas y se llega a acuerdos: ellos ponen las normas del
patio y deciden cómo decorar los baños, «que antes eran muy feos». En
las paredes, mensajes con contenido ecológico. Las cisternas recuerdan
que el agua es un recurso escaso. Respeto por la naturaleza que se ve
en cada rincón: en el huerto, en el invernadero de botellas recicladas
o en el riego por goteo para las macetas.
Como escuela pública e inclusiva, hay niños con «particularidades»,
que estudian y juegan con los demás, una metodología que permitió a
López Melero ayudar a Pablo Pineda, primer español síndrome de Down
con estudios universitarios, y a otros muchos.
Defensa de la naturaleza, de la diversidad, de la inclusión y de la
democracia. La escuela entendida como un espacio en el que ayudar,
porque «en la ayuda está el aprendizaje», afirma María José Parages. Y
para ser felices, el mejor activo de La Biznaga.