ACOSO ESCOLAR
UN EJEMPLO DE IMPLICACIÓN
DEL PROFESORADO
Noticia publicada en DIARIO LA VERDAD DIGITAL 5
JUNIO 2005
El acoso no es un juego
El director del Instituto de
Enseñanza Secundaria Libertas de Torrevieja enfrenta el problema con
información como modo de prevención
LUISA SÁNCHEZ/TORREVIEJA
(ALICANTE)
«El acoso a un compañero o compañera no es juego». Es
la frase que encabeza el escrito que la dirección del Instituto de Enseñanza
Secundaria (IES) Libertas ha dirigido a sus alumnos. En él se informa de que «puede
llegar a ser un delito de graves consecuencias».
La circular, dirigida a todo el alumnado y con expresa recomendación a los
tutores para que la hagan llegar a sus grupos, forma parte de un programa más
amplio en el que trabaja ese centro en la prevención del acoso escolar.
«Los chavales deben ser conscientes de que agredir, aunque sea con poca
intensidad, reírse constantemente de alguien, poner motes y, en general,
utilizar como modo de diversión a un compañero, son formas de acoso, que
pueden producir daños irreparables a la persona acosada», afirma Rafael Bascuñana,
director del IES Libertas, que cuenta con una larga experiencia como docente.
«Detectar el caso, y que tanto el acosado como el acosador se den cuenta de lo
que está pasando es muy importante», señala Bascuñana. Que el acoso sea algo
que siempre ha sucedido, «y eso lo sabe todo el que ha pasado por un centro
escolar», no es motivo para minimizar un problema que este docente considera
como «algo muy grave».
Detectar el
problema
Las bromas al «cuatro ojos», al «empollón» o al «gordito» no son
sino la punta de un iceberg que puede acabar en tragedia. Por eso detectar estos
problemas, «tanto por el profesorado, como los padres y quienes los
protagonizan, es el comienzo de la solución», según Bascuñana.
«El problema muchas veces es que ni el acosado ni el acosador se dan cuenta de
que es acoso», precisa el director del IES Libertas. «Por eso, cuando se da
algún caso, hay que advertir al acosador de que es algo muy grave, que puede
acabar constituyendo un delito, y al acosado hacerle saber que no está solo, y
que no es algo que le pasa sólo a él, ni que es un bicho raro».
Por esta causa, «detectar el problema en el primer momento, que sepan que no es
algo gracioso, y que el que lo está pasando mal sea consciente del problema, y
que está arropado por profesores y familia es muy importante».
Detectar el acoso a veces no es fácil, porque puede tratarse de ese problema «o
de un conflicto entre dos alumnos». En cualquier caso, prevenir con formación
y con información es necesario para evitar que lo que nace a veces como una
broma con mejor o peor intención, acabe en tragedias como las que se han
producido recientemente.
En el IES Libertas se está trabajando en la elaboración de una encuesta para
que, a través de ella los alumnos, de forma anónima, respondan a una serie de
preguntas que dará las claves a la psicóloga del centro, y al profesorado, de
si existe el problema.
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