Rebeca Tobelem Málaga. Diario
Málaga Hoy
La vuelta al instituto de la niña
de 13 años que a finales de enero denunció dos presuntos intentos de
violación, agresiones físicas y sexuales y amenazas por parte de un
compañero del centro, de 16, no ha sido nada fácil.
El padre de la alumna de Primero de
ESO del instituto Cerro del Viento de Benalmádena cuenta que el pasado
viernes, tres días después de su reincorporación, tuvo que recurrir a
la Policía para "rescatar" a su hija del centro escolar porque
estaba a punto de ser agredida por unas alumnas, siempre según su relato.
"Ya estaba sufriendo amenazas desde el martes, pero el viernes me
llamó por teléfono diciendo que no podía más y fui a por ella",
cuenta el padre. A su llegada al instituto se encontró con la negativa
del conserje, que incluso le "empujó con el hombro" para que no
accediera al recinto.
En ese momento, llamó a la Policía
Nacional que intercedió para que recogiera a su hija, que no ha vuelto al
centro escolar. "Ni volverá nunca más", explicaba el hombre
"decepcionado con la falta de seguridad del instituto".
Tras recoger a su hija, denunció al
portero ante la Policía Nacional y mañana jueves se enfrenta a él en un
juicio rápido.
Sin embargo, la versión del
instituto es diferente. Según confirmaba ayer el jefe de la Inspección
de la Delegación Provincial de Educación, Norberto Ruiz, "el
conserje tenía instrucciones de avisar al director si el padre iba al
instituto para que fuera éste quien le atendiera, pero fue el padre quien
empujó al conserje; en ese momento el propio centro llamó a la Policía".
Ahora el padre ha pedido a la
Consejería de Educación que traslade el expediente de su hija a otro
centro escolar para que pueda continuar el curso.
Ha pasado casi un mes desde que este
hombre denunciara ante la Policía que un compañero de instituto de su
hija, de 16 años, la había intentado violar dos veces, además de
haberle realizado tocamientos sexuales, amenazado de muerte y agredido físicamente
en varias ocasiones
Los hechos denunciados se venían
produciendo presuntamente desde principios de año, aunque la adolescente
nunca había hablado de ellos en casa. Hasta que el día 31, después de
la última agresión, se derrumbó y se lo contó todo a su padre, que
denunció ante la Policía Nacional de forma inmediata.
El pasado martes, el juzgado de
menores número 2 de Málaga dictaba para el presunto agresor libertad
vigilada y una orden de alejamiento absoluto de la adolescente hasta que
se celebre el juicio.
"Se acuerda la prohibición de
que se acerque o comunique con ella por sí o por terceros, tanto físicamente,
como por cualquier medio ya sea telefónico, telemático o de cualquier índole,
debiendo removerse los obstáculos en el medio escolar para que no se
produzca la coincidencia de ambos", según advierte el juez de
reforma de menores, que advierte al joven que, de incumplir, se acordará
su internamiento en un centro.
Por su parte, el centro escolar
acordó expulsar al presunto agresor durante un mes como medida cautelar
hasta que concluyera la investigación iniciada por la inspección
educativa, que ofrecerá su conclusión sobre lo sucedido la semana que
viene.
Norberto Ruiz confirma que un equipo
ha investigado todo lo sucedido desde el día después de que se
denunciaran los hechos. "Todo lo que la niña denunció se ha
investigado hablando con alumnos, profesores y todos los que podían saber
algo sobre lo sucedido y con el resultado de la investigación, el consejo
escolar decidirá que medidas se adoptan con respecto al chico",
dijo.
De momento, y según avanzó ayer el
delegado de Educación, José Nieto, "sí se sabe que ha habido un
mal comportamiento por parte del joven, aunque la investigación dirá
hasta qué punto".
Pero para el padre de la joven este
esfuerzo por parte de la administración no ha sido suficiente. "Nos
hemos sentido maltratados porque nadie velara por la seguridad de mi hija
impidiendo los hechos y porque no se reaccionara ante ellos; sabemos que
algunos profesores han dicho que mi hija miente y esto ha podido propiciar
el comportamiento de las compañeras que la amenazaron" dice el
padre, que pide que su hija continúe el curso en otro centro. Y empezar
de cero, aunque sólo tenga 13 años.