PRODENI
|
CARTA
A PRODENI DESDE
EL PRIMER DÍA MI HIJO VIENE SIENDO VÍCTIMA DE UN ACOSO 12
de Julio de 2005 Mi
nombre es… y el motivo de la presente carta es para poner en su conocimiento
una situación que ha vivido mi hijo en tal solo siete días en una escuela de
verano, y lo que es peor, me temo que vivirá mi hijo a partir del curso que
viene y hasta que alguien haga algo. Soy
madre de dos hijos. El mayor de ellos tiene siete años y cursa estudios en el
colegio público… de Torre del Mar. Ha terminado con excelente expediente
escolar primero de primaria y durante todo el curso no ha tenido problemas de
ningún tipo en el colegio. Este
año se ha renovado la Junta Directiva de la asociación de padres y madres de
este colegio y se ha organizado, por primera vez, una escuela de verano, la cual
se contrató con una empresa cuyo nombre desconozco. Debido
a que yo soy autónoma y trabajo durante todo el año apunté a mis dos hijos
para la primera quincena de Julio para probar si les gustaba, con pensamiento de
tenerlos en la escuela de verano todo el mes, ya que no prestaban los servicios
en Agosto. En esta escuela de verano, que se realiza en las instalaciones del
colegio, se han formado grupos de viente niños entre los que se han apuntado la
mayoría alumnos de ese colegio. Mi hijo mayor está en una clase de niños de 7
a 9 años. De sus compañeros de clase del curso escolar 2004/2005, sólo había
uno. Mis
hijos acudieron el lunes, día 4, por primera vez a la escuela, o campamento,
como también lo llaman, con toda la ilusión del mundo propia de sus edades y
de la novedad del campamento. Pero desde el primer día mi hijo mayor viene
siendo víctima de un acoso, y no utilizo gratuitamente la palabra, y si no
juzque usted mismo los siguientes hechos: Desde
el primer día a mi hijo empezaron a decirle cuatro ojos, cipote, cabrón, hijo
de puta… Al principio el autos de esos insultos era la misma persona, un niño
de 8 o 9 años que también cursa estudios en este colegio. Hasta aquí la cosa
para mi no tenía la mayor importancia por tratarse de un tema entre dos niños,
pero luego se ha complicado todo porque ya empezaron a meterse con él más niños
de la escuela de verano, por no decirles que para todos la diversión favorita
es meterse con mi hijo. Luego
pasaron al aislamiento: Cuando en el recreo mi hijo pretende jugar al futbol con
los niños, éstos levantan la mano para ver quien está de acuerdo en que no
juegue. Como
mi hijo usa lentes correctoras, se las quitaban y se las tiraban al suelo,
motivo por el que he tenido que ir prácticamente todas las tardes a la óptica
para que me las enderecen. Una de las veces se le salió un cristal, pero por
suerte no llegó a romperse. No
teniendo bastante con estas actitudes, los compañeros de su clase comenzaron a
abrirle la mochila y a romperle el material escolar. Cuando iba a recoger a mi
hijo me encontraba las páginas de la libreta rasgadas, los lápices rotos, la
mochila pisoteada, etc. El
jueves, día 7, durante el recreo, empezaron a reirse de mi hijo y éste, ante
la impotencia de tantos contra uno, se refugió en el cuarto de baño para estar
solo y que lo dejaran en paz. Pero no tuvo esa suerte ya que tres niños mayores
que él se metieron en el cuarto de baño a pegarle patadas y pellizcos de los
que mi hijo presenta cardenales en los brazos y en las piernas. Como
el campamento tenía previsto los viernes hacer una fiesta de agua en el recreo,
en la cual los niños irían en bañador, yo me personé el viernes, día 8 en
el colegio con la intención de hablar con la madre de uno de los niños que más
se mete con mi hijo, porque tenía miedo de lo que le pudiera pasar en bañador
porque mi hijo es un poco barrigón. Presenté una queja ante la monitora
encargada de la clase de 7 y 8 años 4 en la que está mi hijo. También hablé
con la madre de uno de los niños que más ataca a mi hijo, pidiendo que por
favor se solucionase el tema porque mi hijo traía todos los días las gafas
dobladas y se quejaba de que los niños le pegaban y se reían de él. La
respuesta que me dieron es que intentarían que mi hijo estuviese apartado del
resto de los niños, ya que los otros se quejaban de que mi hijo era muy pesado
y no los dejaba. El
lunes, día 11, fue para mí el colmo. Cuando me acerco al colegio para recoger
a mi hijo, escucho un coro de niños gritando CUATRO OJOS, CUATRO OJOS, sin que
escuche la voz de ningún adulto poniendo orden, estando en esos momentos la
encargada del campamento en la puerta. Mi hijo sale llorando del colegio y allí
mismo en la puerta le pregunto qué le pasa. Como no me entero porque no para de
llorar, le abro la mochila y le cojo las gafas porque no las tenía puestas. Las
gafas estaban completamente dobladas y los cristales casi fuera de la estructura
de las gafas. Le pregunto quien se lo ha hecho y me dice que no lo sabe. Le regaño
diciéndole cómo es posible que no sepa quien se lo hizo y le pregunto a una niña
de once años, quien me dice que ha sido un niño llamado Santiago, que mientras
mi hijo estaba sentado en el patio, sólo y llorando, porque minutos antes le
habían puesto una cucaracha viva en la cabeza, le abrió la mochila, le cogió
las gafas y se las llevó al patio y las puso en el suelo y que después una niña
las pisó. Luego,
mi hijo, cuando consigue calmarse, me dice que la niña que ha estado hablando
conmigo, que por cierto se llama Jasmina, y unas amigas, han estado en el recreo
tirándole globos de agua, diciéndole “te has meado” y que otros niños le
daban con la pelota de futbol en la cabeza, diciñendole “ven, que te voy a
matar una cucaracha”. Cuando le pregunto porque no se la dicho a la monitora,
me dice que en el recreo no había nadie, que la monitora estaba hablando en la
calle con otra y que no tienen permiso para salir. Además, las veces que lo ha
contado, como lo cuenta muy alterado, sólo consigue que lo regañen a él. El
día 12 por la mañana me persono en la escuela de verano con un escrito de
queja dirigido a la encargada de dicha escuela, de quien lo único que sé es
que se llama Maribel, solicitando que me den su razón social, su nombre, y
anunciándole que no voy a llevar más a los niños.Me dice que no estaba
enterada de esos hechos y que no está de acuerdo con el escrito de queja que le
presento porque nadie le ha dicho nada y como no sabía nada no se considera
responsable. Me dice que me persone a las doce de la mañana para hablar con los
tres monitores de la escuela porque tienen que decirme algo sobre mi hijo. En
esa reunión no sólo niegan que exista acoso hacia mi hijo, sino que me dicen
que mi hijo cuando está enfadado tira la mochila alsuelo, da portazos, etc,
cosa que yo le contesto que considero que una persona cuando está enfadada de
alguna manera tiene que demostrarlo. También me dijeron que todo son actitudes
normales en los niños. Cosas que siempre han pasado, y que los niños se ríen
de todos, no sólo del mío, lo que pasa es que al mío le afecta demasiado. Me
dicen que mi hijo cuando está muy enfadado tiende a autolesionarse. La solución
que me proponen es poner a mi hijo con los niños de cinco años.También me
dicen que para un mes que van a estar con los niños no tienen tiempo de
hacerles un seguimiento individual. Es
por eso que me veo obligada, ante la actitud de los monitores encargados de esta
escuela de verano, que no han hecho absolutamente nada para evitar estas
humillaciones y burlas continuas de la mayoría de los niños en contra de mi
hijo (y además niegan que esas cosas hayan pasado cuando otros niños han
coincidido con la versión de mi hijo) de no llevar más al niño al campamento
porque le está afectando a su carácter ver como prácticamente todos los niños
del campamento han tomado como diversión reirse de él. El
problema, para mí más preocupante, no es la escuela de verano porque ya no va
a ir más, sino que estos niños que se han metido con él, a partir del próximo
curso y hasta que mi hijo curse estudios en ese colegio, van a compartir los
recreos y es por ello que le envío esta carta de queja o súplica, de ayuda,
como quiera, para solucionar el problema o para prevenirlo. Tenga usted en
cuenta que desde el día 4 de Julio hasta el 11 estos hechos se han producido a
diario en tan solo siete días. Desde que entra por las puertas hasta que sale,
el maltrato psicológico hacia mi hijo, y el físico en algunas ocasiones, ha
sido continuo y sólo tiene siete años. Además estos niños son del mismo
colegio y presumiblemente la actitud hostil hacia mi hijo continúe durante el
siguiente curso escolar. Yo
he decidido llevar a mi hijo a una psicóloga infantil para que le enseñe
habilidad social y le ayude lo máximo posible a controlar sus emociones ante
las burlas de otros niños. Voy a poner todo lo que esté en mis manos, pero
también quisiera sentirme protegida y creída porque por desgracia, mientras no
le toque a uno, nadie ayuda a nadie. Yo
llamé por teléfono a PRODENI pidiendo asesoramiento y como me dijeron he
presentado , con fecha 13 de Julio, un escrito idéntico a este en la Delegación
Provincial de Educación y Ciencia de Málaga, y otro ante la encargada del
Campamento, quien se quedó con él, pero ni me lo quiso firmar, ni quiso dar
los datos de la Empresa. Como
les digo, mi mayor miedo es para el siguiente curso escolar. Espero que entre
todos podamos solucionar el tema favorablemente. También
aprovecho la ocasión para ofrecerme como colaboradora de PRODENI, de la manera
que más les convenga a ustedes, si bien me gustaría colaborar de una forma lo
más activa posible. |